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Me quedo en el pueblo Bárzana

El regreso a las raíces de un quirosano

Luis Suárez volvió a su tierra, donde tiene una ganadería, y puso en marcha una empresa de servicios de todo tipo en el medio rural

El regreso a las raíces de un quirosano

Como tantos jóvenes suficientemente preparados, Luis Suárez Pérez tuvo que marchar fuera de su pueblo por motivos laborales. Estudió soldadura y calderería en Cerdeño, especializándose en la rama de soldadura. "Empecé a trabajar en la construcción, pero fuera de Asturias, en diferentes puntos de España, pero cada vez empezó a haber menos trabajo y bajaron aún más los sueldos, por eso volví para aquí y decidí ponerme por mi cuenta", recuerda.

Nunca pensó Luis que volvería como emprendedor al pueblo del que se fue por trabajo. En el año 2012 puso en marcha, poco a poco, como él matiza, una empresa de servicios varios, con el nombre Construcciones y Desbroces El Gorbizu C. B., que ofrece, entre otros trabajos, el desbroce y mantenimiento de fincas, limpieza de senderos, cierres metálicos y de madera, podas, todo tipo de trabajos agrícolas, carpintería metálica, obras de reforma en interior y exterior e inclusive hasta portes de todo tipo, incluidos de ganado. "De 2012 a 2014 fue muy bien; sin embargo, el año pasado disminuyó el número de encargos. Por ejemplo, nos cancelaron uno de limpieza de senderos y cortafuegos en Quirós", recuerda él.

Tanta diversidad de servicios, que oferta junto con su socio Javier Álvarez, le permite poder ofrecer trabajo temporal a gente de la zona. "Yo siempre pienso en la gente de mi concejo. Cuando monto una cuadrilla de desbroce son todos de Quirós", recalca. Trabajador incansable, diversifica cuanto puede para salir adelante allí donde siempre quiso estar, en Bárzana, en su pueblo. "Yo no quería salir de aquí y tuve que hacerlo en su momento, pero para mí no hay nada como vivir en mi pueblo, no lo cambio por nada", señala este joven de 29 años, que, además de dedicarse a la profesión para la que se preparó, también es un enamorado de la ganadería, oficio y pasión que heredó de su padre. "Hoy en día vivir en un pueblo no implica estar aislado. Yo tengo una buena conexión a internet y compro y vendo ganado sin moverme de casa cuando quiero", matiza.

El nombre de su empresa, El Gorbizu, es el de una braña a la que sube el ganado. Y es que, como sucede con otros jóvenes ganaderos, también es pastor. "En verano subo las vacas al puerto y allí tengo mi cabaña. En cuanto llega el fin de semana y puedo subo para allí como un tiro", dice. Tiene dieciséis vacas asturianas de los valles. "Son pocas y con pocas vacas no te arrienda la ganancia. Lo que ganas con ellas lo gastas en mantenerlas, pero a mí me gusta mucho la ganadería: son cosas que nacen con uno, no puedo dejarla". Como ganadero también alude a los daños que le ha causado el lobo. "No sé qué va a pasar con esto. A mí me mataron cuatro terneros en el puerto de Villamarcel y sólo cobré por uno", dice.

Eso sí, por mucho que le guste la ganadería, no piensa dejar la carpintería metálica y su empresa de servicios, por lo que está luchando desde 2012 y, además, dependiendo de las jornadas y los trabajos, generando empleos temporales para gente de su concejo. Él, por su parte, anima a la gente a vivir en los pueblos y a luchar contra el despoblamiento.

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