Los neumáticos de invierno siguen siendo bastantes desconocidos en nuestras latitudes, asociándolos con conducción sobre nieve o hielo. La verdad es que estos neumáticos son muy efectivos sobre cualquier superficie por debajo de 7º C y no sólo cuando se trate de superficies mojadas, embarradas, nevadas o heladas. Por tanto para quienes circulen habitualmente en estas condiciones (o al menos durante una buena parte del año, por ejemplo de noviembre a marzo), tienen una opción muy recomendable tanto por seguridad como por comodidad, ya que no hay que identificar «neumáticos de invierno» con «neumáticos de nieve», sino «neumáticos de invierno» con «neumáticos adecuados» para circular con mayor seguridad por debajo de 7º C.

Estos neumáticos tienen dos diferencias importantes respecto a los neumáticos de verano; la composición de la banda de rodadura (con la presencia de sílice) y las láminas talladas en los tacos de la misma. La primera les da mayor flexibilidad a baja temperatura y por tanto mayor capacidad para adaptarse al pavimento generando más agarre y las láminas talladas en los tacos también contribuyen a la flexibilidad de la banda de rodadura, facilitando su adaptación al pavimento.

Con temperaturas bajas, diversos estudios concluyen que un neumático de invierno reduce las distancias de parada entre un 10 y un 15% sobre suelo mojado y hasta un 50% sobre nieve. Con temperaturas normales, las distancias de frenado apenas son superiores con neumáticos de invierno frente a los de verano.

Se recomienda sustituir los neumáticos de invierno cuando la profundidad de dibujo alcance los 4 mm, aunque el límite legal es de 1,6 mm. Para aprovechar la goma restante se pueden terminar de gastar como neumático de verano, ya que en la actualidad el desgaste de estos neumáticos en condiciones diferentes a aquellas para las que fue diseñados no es muy superior al de los neumáticos convencionales (alrededor de un 10% mayor).

No hay que confundir los «neumáticos de invierno» con los neumáticos marcados como «M+S» (barro y nieve), que son unos neumáticos con un buen comportamiento sobre nieve y barro. Algunos modelos de neumáticos M+S se basan únicamente en una banda de rodadura agresiva para lograr este rendimiento extra, mientras que otros tienen un compuesto de sílice y caucho añadido que favorece el buen comportamiento en suelos helados y nevados. Los neumáticos de invierno tienen además un dibujo con una montaña y en el interior un copo de nieve, así que los neumáticos de invierno son también M+S, pero no todos los neumáticos M+S son de invierno.