Nueve años han pasado ya desde que el Gobierno regional que presidía Vicente Álvarez Areces decidiese celebrar, un 17 de marzo de 2005, su Consejo de Gobierno en el centro de interpretación del parque natural de Redes, en Campo de Caso. Aquella mañana, el gabinete arecista anunció a bombo y platillo lo que iba a ser el impulso definitivo al turismo en Redes. Una promoción, además, que iba a ir de la mano de la conservación de la naturaleza: el parque de la fauna de Redes. De aquel proyecto inicial, sólo una instalación está en funcionamiento. Es, además, la única dedicada en exclusiva a la preservación de una especie en peligro de extinción, y por lo tanto, no puede visitarse. Es el centro de cría en cautividad del urogallo. Otros dos equipamientos, el hospital de animales, y la casa (el museo) del urogallo de Tarna, están terminados desde hace años, pero no han entrado en funcionamiento. Entre los tres edificios se han invertido seis millones de euros. Por el camino, además, se quedaron otros proyectos que no llegaron a prosperar, como el albergue y granja de cría de especies autóctonas o los observatorios de animales.

De entre todos los equipamientos que iban a formar el parque de la fauna, el único que funciona es el centro en cría en cautividad del urogallo cantábrico, situado en Sobrescobio, en una zona aislada. Por su naturaleza y objetivo, el de impulsar el número de ejemplares de esta especie, es un espacio que no es visitable, donde todo el trabajo está enfocado en sacar adelante el mayor número posible de pollos de esta ave, una especie realmente sensible. De hecho, sólo una tercera parte de los huevos han acabado transformándose en ejemplares adultos (una proporción, pese a todo, superior a la existente en la naturaleza). En su día, la construcción de la instalación tuvo un coste de 825.000 euros. Entró en servicio en la primavera de 2009.

Casa del urogallo

Otro equipamiento ligado a esta ave, pero con un carácter completamente turístico, es la casa del urogallo. Su construcción generó polémica, porque para llevarla a cabo se derribaron las antiguas escuelas de Tarna, algo a lo que se oponían los vecinos de la zona. El coste del nuevo edificio fue de 678.000 euros. El centro se inauguró, completamente vacío y sin contenido, el 7 de mayo de 2010. Desde entonces permanece cerrado a cal y canto, no tiene uso alguno y, al encontrarse en una zona de montaña -el pueblo de Tarna está a 996 metros de altura- su deterioro es evidente, y más rápido que en otras zonas. En la instalación estaba previsto poder ver una exposición y, a través de cámaras de vídeo, la actividad que se desarrollase en el centro de cría, por lo que podrían verse los urogallos que se estaban criando en cautividad. El coste de la apertura estaba presupuestado en unos 258.000, pero ese dinero nunca llegó, y la casa del urogallo sigue cerrada, y sin visos de apertura.

El inmueble del parque de la fauna en el que más se ha invertido, con mucha diferencia, es el centro de recuperación de la fauna, el "hospital de animales", construido en la zona de El Castrín, en Sobrescobio. En este descomunal edificio, de 4.076 metros cuadrados (medio campo de fútbol) se gastaron 4,5 millones de euros, y de momento no se utiliza para lo que originalmente se construyó: curar todo tipo de animales salvajes, encontrados heridos, para poder reintroducirlos en la naturaleza. De momento, sí que ha albergado el proceso de recuperación de dos osas, "Lara" y "Molinera", pero esta actividad apenas tuvo ocupado el centro durante cuatro meses. Los planes de la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos del Principado pasan por abrir paulatinamente las instalaciones, pero de estos planes hace ya prácticamente un año, y aún no se ha dado un paso hacia su reapertura. Inicialmente, además, este centro de la fauna iba a contar con unos cercados exteriores de 6,3 hectáreas de superficie, y miradores en las proximidades para que los visitantes pudiesen ver a los animales.

Proyectos olvidados

De esta forma, dos de las tres instalaciones del parque de la fauna que están construidas no funcionan. En el camino, además, se quedaron otras iniciativas que iban a formar parte del proyecto que iba a potenciar el turismo en Redes. El consejero de Medio Ambiente en 2005, Francisco González Buendía, afirmaba por aquel entonces que el objetivo del proyecto, al contrario de lo que hacen los zoológicos "no se trata de acercar los animales al hombre, sino de acercar el hombre a los animales, disponiendo de sendas ocultas para poder observarlos en su propio hábitat". Precisamente los observatorios de animales que estaba previsto ejecutar no llegaron a construirse. Había seis previstos: en El Lagón (en la ruta del pico La Xamoca), en el túnel del Crestón (cerca de Brañagallones), el del Collaín de Ventaniella (en las cercanías del puerto de Tarna), el túnel del Negru (cerca de la localidad de Tarna), en el Escobiu les Torres (también en el entorno de Tarna) y en el puente de Coballes. Otro equipamiento olvidado es el del albergue y la granja de cría de razas autóctonas (asturcón, oveya xalda, gochu asturcelta, cabra bermeya, pita pinta, vaca asturiana de los valles y casina), que se iba a hacer en El Frieru (Caso).