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El relato del langreano que fue herido por un rayo junto a su hijo

"No recuerdo nada, es como si te apagasen la luz; hemos vuelto a nacer"

José María Menéndez, vecino de El Andaruxu que se encontraba trabajando en el campo, afirma que "todo pasó en cuestión de segundos"

La finca en la que estaban trabajando padre e hijo cuando cayó el rayo. J. R. SILVEIRA

El langreano José María Menéndez puede presumir de haber sido herido por un rayo y vivir para contarlo. Él y su hijo de 37 años estaban trabajando en una finca junto a la localidad de El Andaruxu cuando fueron alcanzados por la onda expansiva de un rayo que cayó en las inmediaciones en la tarde del lunes. Tras pasar toda la noche en observación en el hospital Valle del Nalón, ayer obtuvieron el alta médica. "Volvimos a nacer", aseguraba Menéndez, que ayer todavía cojeaba de una pierna a causa del rayo.

Había acudido a la finca porque tenía que dar de comer a los animales y su hijo decidió acompañarle y, de paso, aprovechar para desbrozar. "Ni siquiera llovía al principio, por eso no nos preocupamos", explicó Menéndez, señalando que "todo pasó en cuestión de segundos. Nada más escuchar el primer rayo le dije a mi hijo 'venga, marchamos de aquí', pero llegó el segundo rayo y no nos dio tiempo a nada".

Este vecino de El Andaruxu afirma que "no recuerdo nada, era como si te apagasen la luz, no sentí ni el estallido del rayo; cuando desperté, me vi en el suelo, con mi hijo al lado". Su hijo, que también se llama José María, quedó más afectado por la onda expansiva. "Reventome papa, el rayo matome", le dijo. Y de hecho, aunque consiguió salir adelante, sí se quedó con una quemadura en la espalda y en el brazo.

El padre consiguió levantarse para pedir ayuda. "Tenía el coche al lado y subí hasta casa para llamar al 112, pero un vecino ya había bajado hasta la finca para ayudarme con el guaje, porque no paraba de llover". Después llegarían las ambulancias que los trasladaron hasta el hospital Valle del Nalón. Afortunadamente, las heridas no fueron a más. "Estuvimos toda la noche en el hospital conectados a unas máquinas hasta que por la mañana nos dijeron que no había peligro y que podíamos volver a casa", explicó. Eso sí, desde entonces no han parado de recibir a familiares: "Está todo el mundo revolucionado. Mi madre, mi mujer, mi hija; sobre todo por la que se montó en el pueblo con las ambulancias y la Guardia Civil por allí".

Aunque era la primera vez que un rayo afectaba a personas en El Andaruxu, estos fenómenos atmosféricos sí son habituales en la zona. "Suelen caer muchos rayos porque hay columnas de alta tensión cerca, además de un transformador", indicó Menéndez, que admite que "ya no hay tantas tormentas como antes". A pesar de ser natural de El Andaruxu -"aquí nací y he vivido toda mi vida"- Menéndez no recuerda ningún suceso similar en el pasado. Sí lo hizo otro vecino, Belarmino Montes, que había vivido junto a su mujer un día antes lo ocurrido. Montes señaló que, unos treinta años atrás, "había entrado una chispa por el cable de alta tensión y se metió en las viviendas, reventó todos los teléfonos y hubo que cambiar la instalación".

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