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BENJAMÍN BRAGA | Presidente de la Asociación Pro Inmigrantes "Intervalo", que cumple 18 años

"Una de las consecuencias de la crisis ha sido el aumento de la xenofobia"

"Tras 18 años a veces parece que estamos en un desierto, toda la labor de sensibilización que hacemos no da los frutos que nos gustaría"

Benjamín Braga. FERNANDO RODRÍGUEZ

La Asociación Pro Inmigrantes "Intervalo" cumple 18 años de actividad en Langreo con un panorama muy distinto al que tenía cuando comenzó. Su presidente, Benjamín Braga, trabaja duro para mantener al colectivo como un centro de referencia para los inmigrantes.

-¿En qué momento se encuentra "Intervalo?

-Pues después de 18 años, la asociación está un poco como la crisis, es verdad que no llegan personas nuevas, pero las que están aquí, que son un grupo importante, lo está pasando bastante mal. Los recortes han llegado para todos y las instituciones, aunque siguen colaborando, no lo hacen como años atrás, aún así no nos podemos quejar, como ocurre con el Ayuntamiento de Langreo, que nos sigue ayudando en todo lo que necesitamos.

-¿Qué necesidades tienen?

-Más que necesidades, parece que estamos como en un desierto, llevamos 18 años reivindicando lo mismo, y una de las consecuencias de la crisis fueron los incrementos de los datos de racismo y xenofobia. Toda esa labor de sensibilización que hacemos no da los frutos que nos gustaría que diese.

-¿Cuál es la visión que tienen en Langreo de "Intervalo"?

-La verdad es que tenemos bastante buen cartel, nunca hemos sido una asociación que se distingue por manifestarnos ni hacer cosas raras. El valor más importante de "Intervalo" es que somos un punto de referencia para los inmigrantes, cualquiera sabe decir quién somos y dónde estamos, "Intervalo" es un poco la casa de todos, y siempre que hemos hecho una llamada para pedir ayuda, la gente ha respondido muy bien.

-¿Cómo está la inmigración en Langreo?

-Pues se va autorregulando, porque si no hay oportunidades de futuro, no les importa marcharse a otro sitio. En el último padrón contamos 1.080 inmigrantes, perdimos casi 300 respecto a la última vez. En Ecuador y Colombia están dando facilidades para que retornen sus paisanos; mientras que otros encuentran trabajo fuera y se marchan. También hay un problema añadido en Langreo, no puede ser que por los alquileres se paguen los mismos precios que en Oviedo. Por otro lado, uno de los motivos que hacen que se queden aquí es la tranquilidad, Langreo es un pueblo muy tranquilo y no hay mucho rechazo a la población inmigrante.

-¿Cuesta convencer a los jóvenes para que colaboren?

-En nuestro caso no, de hecho, hemos tenido que modificar los estatutos en el tema del voluntariado para poder tener menores de 18 años. Lo único malo, es que la gente prefiere actuar que dar la cara, me explico, todos quieren trabajar en la asociación, pero les gusta menos hacer de relaciones públicas, hablar con los medios, que también es una parte importante.

-¿Cómo era la asociación en sus inicios?

-Hace 18 años había muy pocos inmigrantes en Langreo. Los primeros que aparecieron eran ecuatorianos, que vendían chaquetas y jerséis de lana en los mercadillos. También llegaron polacos, que venían a trabajar en las minas. En cuanto a nuestra labor entonces, que es la misma que ahora, apostamos por sensibilizar y trabajar con los colegios, allí era más complicado entonces porque no se veían inmigrantes entre los niños, algo que ahora sí ocurre. Por otro lado, también tuvimos mucho trabajo con los propios inmigrantes porque había cosas que ellos no respetaban porque desconocían, somos diferentes culturas, hay que tenerlo en cuenta, pero bueno, conseguimos superar esas dificultades iniciales con mucho trabajo y ahora puedo decir que personas buenas y malas las hay en todos los lados, y de hecho, puedo contar con los dedos de la mano los que nos han fallado.

-¿Cuáles son sus principales vías de actuación a lo largo del año?

-Tenemos tres apartados destacados, por un lado, las jornadas de "Noviembre por la integración"; otros actos sobre culturas que hacemos en junio y el 21 de marzo, que celebramos el Día internacional contra el racismo y que en esta ocasión contaremos con Miguel Ángel Gutiérrez, de LA NUEVA ESPAÑA, para que redacte el manifiesto. Siempre pensamos en alguien ajeno a la asociación para esta labor porque es bueno que conozcamos cómo se vive desde fuera.

-¿Cómo ve el futuro en la comarca?

-Fastidiado. Si nos fijamos en nuestro pueblín, estamos envejeciendo, no se generan cosas nuevas y los hijos de los inmigrantes van a marcharse en cuanto puedan. Estamos cometiendo muchos errores, no hay derecho a lo que está haciendo Europa con los refugiados de Siria? veo muy mal el futuro. Y después, por desgracia, en Langreo tenemos pocas perspectivas de futuro.

-Habla de los refugiados sirios, ¿se han informado sobre su acogida?

-Nos juntamos con Amnistía Internacional planteando qué ocurría, y viendo la respuesta de los gobiernos de Europa. Al final, creo que si llegan refugiados a Asturias será por casualidad. También hablamos con el área de servicios sociales del Ayuntamiento de Langreo y nos aseguraron que, si hay algún movimiento, intentarían abordarlo sin duda. De todos modos, la gente tiene que saber que es un conflicto de larga duración, y estas personas no se van a quedar unos meses, sino que se quedarán mucho más tiempo, y tendríamos que estar preparados.

-¿Hay muchas similitudes entre la inmigración de ahora y la que había en las Cuencas en el pasado?

-Claro, antes venían inmigrantes de muchas partes de España pero porque había siderurgia y minería, algo que no hay ahora, venían sobre todo extremeños y andaluces, pero ahora no hay esas oportunidades de trabajo.

-¿Cuáles son las principales nacionalidades de inmigrantes en las Cuencas?

-Las que más se repiten son las rumanas y marroquíes, aunque también hay muchos portugueses, ecuatorianos, colombianos y cubanos. Todos se acaban adaptando, sobre todo cuando llegan solos, se entienden unos con otros. Cuando ya viene su familia, y se reagrupan, se encierran un poco más en sus casas.

-¿Cómo andan de voluntarios?

-No nos quejamos, el personal fijo en la asociación somos trece, a lo que hay que sumar los voluntarios. También tenemos tres inmigrantes que colaboran mucho con la asociación. Y después, cuando organizamos cualquier actividad y necesitamos colaboradores, nunca hay problema, es maravilloso ver cómo colaboran, sobre todo la gente joven, como los chavales del conservatorio o los del IES La Quintana.

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