Navia, A. M. SERRANO

El Ayuntamiento lucense de Fonsagrada ha iniciado los trámites para luchar desde la vía diplomática contra el que sería el cuarto embalse de la Cuenta del Navia, y que afectaría también a los municipios de Ibias y Navia de Suarna (Lugo). Después de que éste último concejo diera luz verde a las protestas para evitar la construcción de la presa de aprovechamiento energético, la Corporación municipal de Fonsagrada ha acordado por unanimidad exigir al Ministerio de Medio Ambiente toda la documentación referente a la concesión, en manos de la empresa Sociedad de Saltos del Navia, que está asociada con Hidrocantábrico y Enel Viesgo.

El Alcalde, Argelio Fernández (PSOE), indicó que una vez que se reciba el informe, la corporación municipal elaborará una alegación solicitando que se retire una concesión desbloqueada después de 17 años. «Entendemos que esta cuenca está suficientemente aprovechada y que no estamos en tiempo de embalses, sino de otras tecnología», indicó el regidor.

En la vertiente asturiana, el concejo de Ibias no se ha posicionado de forma tan clara. Su Alcaldesa, Nélida Barredo, aseguró en sus últimas declaraciones al respecto de este proyecto que el Ayuntamiento no ha recibido ningún tipo de documentación sobre un proyecto que afectaría a su terreno y que, por este motivo, debería ser puntualmente informado. No obstante, sí indicó que, en caso de intentar llevarse a cabo un proyecto de semejante magnitud, «el Principado también debería decir algo al respecto».

Aunque el que sería el cuarto embalse del Navia ha sido hasta ahora muy contestado (no sólo se oponen los concejos afectados, sino también los grupos ecologistas de ambas comunidades autónomas), el proyecto sigue su curso. El pasado 31 de marzo el Boletín Oficial de Lugo (BOP) publicó la apertura del plazo para presentar alegaciones contra el proyecto, en fase de tramitación ambiental.

Los opositores al cuarto embalse del Navia aseguran que su construcción afectaría al territorio desde el punto de vista paisajístico y patrimonial. Y en el propio estudio de Impacto Ambiental (EIA) así se especifica: «El proyecto tendrá un impacto ambiental significativo sobre la geomorfología del valle, vegetación y hábitats (especialmente la vegetación de ribera y el propio hábitat fluvial), fauna y biotopos (con especial incidencia en la fauna ligada al medio hídrico y quirópteros), paisaje (elementos paisajísticos singulares asociados al valle fluvial de los ríos Navia y Suarna), usos (suelo, recreativo, etc.) y patrimonio cultural». La Coordinadora Ecologista de Asturias ya ha presentado su alegación al proyecto. En Galicia, los ecologistas también han iniciado movilizaciones para exigir que la presa no se construya. Entienden éstos los últimos que los Ancares gallegos son una zona ya «deprimida y con la construcción de una presa parece que quieren deprimirla más».

El primer proyecto de este embalse data de 1951, bajo el régimen de Franco, pero el rechazo vecinal abocó a un primer cambio para que cuatro pueblos de la zona afectada no quedaran inundados y otros quince afectados.

La presa proyectada sería cuatro veces mayor que el embalse que se pretende construir en Caleao, en el concejo de Caso, y que tiene como finalidad abastecer a la zona central de Asturias. Sería el segundo en tamaño del Navia, sólo superado por el de Grandas de Salime. Según el proyecto inicial, tendría una capacidad de 123 hectómetros cúbicos, una cota de 289 metros y una cuenca aprovechada de 165 kilómetros cuadrados. El concejo gallego de Fonsagrada sería uno de los más afectados en caso de salir adelante el proyecto, al que se opuso el anterior gobierno de Galicia, cuando gobernaba el PSOE en coalición con el BNG, ya que en este municipio de la comunidad vecina se construiría una central hidroeléctrica.