En estos momentos, la situación de algunos ayuntamientos de la comarca occidental se aproxima mucho a una ceremonia de la confusión. Si me descuido hasta puede que se parezca más a una ceremonia de ritos satánicos en donde el guión exige sacrificar a alguno de los presentes. Y todo apunta a que ya existen pretorianos dispuestos a ejecutar el sacrificio. La sentencia aún no está firmada, pero hay que dar por hecho que la expresión romana «alea iacta est» pesa ya sobre el destino de algunos de nuestros alcaldes más cercanos. Estos tendrán que dejar la alcaldía en los próximos meses al verse rechazados por el descontento justificado de los vecinos, que habrán comprobado una situación de deterioro creciente a medida que transcurren los años y que los compromisos adquiridos siguen en la recámara a la espera de una solución. La ceremonia de la confusión se aclarará en las próximas semanas.