El Ayuntamiento de Valdés no está entre los ayuntamientos que han tenido que acogerse a las medidas previstas por el Gobierno de España para el pago a los proveedores de las entidades locales, en lo previsto en el decreto-ley 4/2012».

Así es, señor Fernández Pereiro. Pero usted, en el artículo que firma en este mismo periódico, falta a la verdad, ya que el actual equipo de gobierno encontró agotado el presupuesto del año 2011. Y aún así hemos sabido mantener a flote este municipio cuando quedaban siete meses para finalizar la anualidad.

Su calamitosa herencia incluye, para enfado del ciudadano, facturas pendientes de pago, sin consignación presupuestaria, por valor de más de 360.000 euros, sin duda lejos de los 245.372 que usted manifiesta. Aunque, independientemente de las diferencias de cantidades, lo que más me duele es que gran parte de ese dinero lo gastó usted para intentar sacar una mayoría en las pasadas elecciones municipales con la que poder seguir sometiendo al pueblo de Valdés a su caduco caciquismo y a sus continuos caprichos sin justificación alguna.

Sí, es verdad que el Ayuntamiento tiene un remanente de Tesorería de aproximadamente un millón de euros, que yo reservo a buen recaudo -y no nos va a llegar- para hacer frente a las consecuencias de su caprichosa actuación en la obra de La Peña, en la que, por su santa voluntad, dejó sin efecto una licencia de obra ya concedida por su propio gobierno y sobre la cual los tribunales de justicia ya se han pronunciado, manifestando la legalidad de la misma. Han de saber los vecinos que quizá su pecado nos cueste los tres millones de euros que la empresa pide de indemnización por dicha actuación.

Vaya sumando.

También me confirma en su alegato que el Ayuntamiento tiene una deuda pendiente de aproximadamente tres millones de euros. Está usted en lo cierto. Ésa es la deuda que nos dejó el gobierno del PSOE que usted lideraba. Su pecado se agrava si consideramos que un millón de esa deuda fue malgastado en comprar la mitad del edificio de la vieja Fonda El Cocinero, un solar que hoy no vale ni la mitad, y que su pésima gestión la adorna al comprometer, por la otra mitad del edificio (Oficina de Turismo), una renta de tres mil euros mensuales blindados durante diez años. Aprecio, y es un supuesto que a mí no me tranquiliza, intereses oscuros en esta operación.

He heredado de usted, dígase, la obra inacabada del Ferial de Otur, la maltrecha calle de la Esperanza que hemos de reparar y su macroauditorio en el edificio Cine Goya, obra por la que se le tendría que caer la cara de vergüenza. Hipotecando una vez más el futuro de los valdesanos con obras faraónicas que además de graves e inservibles carecen de consignación para su funcionamiento y puesta en marcha. Además, dicho edificio carece de puertas de emergencia, en algún momento explicaremos dicho tema. No mencionemos el parking ilegal de La Curtidora, que costó a los valdesanos más de dos millones de euros y sobre el que pesa una orden de derribo, además de una «modestísima» sanción de sesenta mil euros por construirlo, como muy bien era conocedor, en un lugar donde no estaba permitido.

Dice usted que desde el año 2003 hasta 2010, en todas las anualidades, siempre ha contado con un remanente positivo de Tesorería. Yo le quiero decir que con ese dinero pudo haber dejado este municipio en las mejores condiciones, pero no, ha preferido despilfarrar. Recuerdo que un año contaban con 700.000 euros para arreglar carreteras y caminos. Espero que algún día lo explique.

Me viene a la memoria aquel debate en Onda Radio Televisión (ORT) donde afirmó públicamente, sin ruborizarse, que en Valdés no quedaba ni un bache. ¿Se lo preguntamos a los vecinos? Ya sé, usted de los caminos de Valdés solo conoce el Luarca-Oviedo, o bien Oviedo-Luarca.

Seguro que ya no recuerda lo que había en la villa de Luarca en la época de su mandato: bolsas de plástico repletas de basura en la calle, excrementos de gaviota... en definitiva, inmundicia por doquier. Tampoco lo veo pasear por las playas. Observaría el acondicionamiento a que las hemos sometido.

Yo no voy a mentir ni a usted ni a los vecinos. Trabajamos duro, señor Pereiro, pero su herencia de deudas bancarias y conflictos judiciales, agravada por la crisis que su partido negó hasta la saciedad, nos ata las manos. La austeridad de los presupuestos que hemos elaborado para este año 2012 nos limita la inversión, sin contar con que los recortes presupuestarios del Principado y del Gobierno de España también nos afectan gravemente. Un breve apunte relativo al presupuesto de este año: el impuesto que pagan los ciudadanos, relativo a construcciones y obras, ha descendido, comparándolo con el del año 2010, en un millón y medio de euros, lo que quiere decir que casi no existe obra en este concejo. Y eso no es achacable, se lo puedo asegurar, a este Alcalde. Y por lo tanto, ahora tenemos que gobernar de forma austera con menos ingresos y cumpliendo el acuerdo de contención del déficit. Su política de despilfarro no ayuda, sino que agrava este difícil equilibrio.

Referido a la deuda de este Ayuntamiento con las entidades bancarias, contemplamos en el presupuesto de este año un pago de aproximadamente medio millón de euros entre intereses y amortización, la misma cantidad que la que pagamos en 2011 y que tendremos que afrontar en años sucesivos.

Y lo que nos queda.