El Arenero (Tineo),

Pepe RODRÍGUEZ

En el año 1999 la zona del Arenero (Tineo) era un auténtico basurero, un lugar donde se encontraban desperdicios de toda condición. En los años 70 había sido una cantera de áridos que, después, se abandonó. Y, como en tantas cosas, con el abandono vinieron la podredumbre y un foco muy serio de riesgo para la salud pública. Fue aquel año cuando se pusieron en marcha las primeras ideas para recuperar El Arenero. Si se llega a decir entonces que la zona se acabaría convirtiendo en uno de los grandes orgullos del concejo, es posible que nadie lo creyera.

Pero así es. El proyecto se fue a dormir el sueño de los justos, por aquello de los cambios políticos en el gobierno regional, y hasta el año 2003 no se retomó, precisamente cuando nació, de manera prácticamente paralela, la asociación de pescadores «El Banzao», que unió su destino al del proyecto desde su mismo inicio.

Después de tres años de trabajo, el 26 de junio de 2006 El Arenero abrió sus puertas. En estos diez años desde la puesta en marcha del proyecto se ha vivido un progreso constante, que se ha traducido en premios nacionales e internacionales: el premio «Ecocity ciutat sostenible» de Barcelona en 2007, el premio a la sostenibilidad en pequeños y medianos municipios del Congreso Nacional de Medioambiente (Conama), en 2010, parte esencial de la capital de la biodiversidad que en 2011 se concedió a Tineo y, finalmente, y quizá lo más importante, el diploma internacional concedido en 2012 por el Comité Hábitat de Naciones Unidas (ONU), entregado hace poco más de un mes en Dubai.

Pablo Osendi, cabeza visible de «El Banzao» y del Arenero, explica lo que significa este coto de pesca intensiva, este lugar paradisíaco en el que practicar la pesca durante todo el año: «es un orgullo personal formar parte de un equipo que, partiendo de la nada, creó todo un referente para el mundo de la pesca».

El número de pescadores que se acercan a las instalaciones anualmente ronda los 6.000, pero en «El Banzao» consideran que por cada pescador suelen acudir tres visitantes más, lo que elevaría el número total de usuarios a unos 18.000 anuales, teniendo en cuenta, además, que la mayoría de los colegios de la zona hacen visitas al Arenero cada año.

Para Osendi, el reto del coto de pesca intensiva es «mantenerse, porque están las cosas muy duras; con mantenernos podemos darnos por satisfechos», concluye.