Alejandro Martínez vive en Oviedo, pero sigue la actualidad de Luarca, el pueblo en el que veranea casi todos los años. Estos días un hecho comentado en la red social Facebook le llamó poderosamente la atención: operarios del Ayuntamiento de Valdés podaban los magnolios del parque Alfonso X El Sabio, el principal de la villa, donde se encuentra el Ayuntamiento y donde se celebran, a modo de anécdota, las verbenas de las populares fiestas de San Timoteo. "Una salvajada", entienden algunos.

En la céntrica área hay más de diez árboles. No se conoce cuándo se podaron o, al menos, cuándo recibieron un corte semejante. Tal vez hace tres décadas. El alcalde de Valdés, Simón Guardado, justificó la poda por motivos de seguridad y de estética. Al parecer, el ramaje de los árboles podría generar complicaciones a los peatones y a los vehículos que circulan por la vía paralela a la plaza. "No pasa nada, se trata de una poda supervisada por técnicos y que garantiza la supervivencia del árbol. Sin más", indicó Guardado.

El Alcalde de Valdés va más allá y acude a la polémica que suscitó la poda de los árboles de La Barrera, hace varios años, o la del umeiru del río Negro. "Simplemente estamos trabajando y no hay atentado algunos al medio ambiente. Debemos ser serios", indicó.

El concejal de Obras, Balbino Suárez, supervisó ayer las tareas de poda bajo la atenta mirada de algunos de vecinos de Luarca que se pararon a contemplar los trabajos. "No pasa nada. Los inquilinos de las viviendas cercanas están encantados porque tienen más luz", dijo con ironía. No se conoce una poda reciente de los magnolios del parque del Ayuntamiento, "y de ahí puede venir la polémica", añade Suárez, quien asegura que pronto será el turno de las palmeras.

Lo cierto es que en las redes sociales la poda de los magnolios de la plaza ha recibido duras críticas. Algunos aseguran que un parque debe tener zonas verdes y arboleda y que, con esta actuación, la plaza del Ayuntamiento se queda sin uno de sus rasgos más característicos.

El gobierno municipal asegura que el ramaje de los magnolios, y con él la imagen habitual de la plaza, no tardarán en recuperarse. "Precisamente, si se hace un estudio es que hay profesionales detrás, por eso sabemos que es la época de poda y que en unos meses los magnolios lucirán mejor de lo que estaban", añade Balbino Suárez.

La polémica recuerda lo ocurrido en febrero de 2011. Un grupo de vecinos denunció que se pretendía talar el árbol que se encuentra en el río Negro, cerca de la plaza de la Feria, cuando el Ayuntamiento de Valdés sólo había planteado "una pequeña obra de jardinería", que cumplió. Finalmente, el gobierno, en este caso presidido por Juan Fernández Pereiro, continuó con la actuación prevista, supervisada por el organismo competente (la Confederación Hidrográfica del Cantábrico) por ser un árbol de ribera.