"¿Por qué hay que leer a Miguel Delibes? Pues porque es un clásico, y a los clásicos hay que leerlos siempre. A eso aspiramos en nuestra Fundación. Serás mucho más feliz en la vida si lees". Elisa Delibes justificó con estas palabras el trabajo de la Fundación Miguel Delibes que preside, cuyos objetivos son mantener y fomentar los principios que el autor vallisoletano defendió durante su vida y plasmó en su literatura. Ayer, dentro de los actos fomentados por el Foro Comunicación y Escuela, esta entidad se acercó a los alumnos de secundaria de los centros de Navia, Boal Tapia de Casariego y Vegadeo, a través de la novela "Los santos inocentes", que en este curso académico es materia de estudio para los alumnos de segundo de Bachillerato.

De la mano de Amparo Medina-Bocos, autora del libro "Claves para leer a Miguel Delibes", los alumnos se adentraron en el universo de "Los santos inocentes". Un mundo situado en la Extremadura rural más profunda, donde una serie de personajes de clase son oprimidos por otros que se creen superiores.

"En esta novela está presente la preocupación ética de su autor, que defensió siempre la dignidad y la libertad humana, y nunca dudó en tomar partido por los personajes sencillos", señaló la ponente, quien recalcó esa intención de ir siempre más allá del mero entretenimiento que movía la pluma de literato español. "Pensaba que la novela tenía que inquietar y la función era denunciar, criticar, apuntar problemas. Es una obra en la que se nos muestra la existencia de una sociedad feudal en pleno siglo XX en la que unos nacen para mandar y otros, para ser mandados".

"Además, en Delibes hay valores, como la preservación de la naturaleza, el tema de la infancia, el de la muerte y la defensa del ser humano en todos sus apectos", precisó Alfonso León, director de la Fundación. "Con sus obras conocermos el pasado inmediato, las formas de vida de nuestros abuelos, y el cambio de mentalidad en estas últimas décadas", enumeró el director de la entidad.

Por su parte, Elisa Delibes no dejó escapar el contacto con los escolares para señalar lo divertidas que le parecían al literato las anécdotas que sus nietos le contaban en referencia al estudio de sus obras en el Instituto. "Uno de sus nietos le dijo que habían puesto en una foto suya un bigote y un piercing. Mi padre se reía mucho", rememmoró la hija de Miguel Delibes. "Yo creo que en el fondo pensaba que se había convertido en un clásico, porque es lo que él había hecho en sus años jóvenes con Quevedo o con Cervantes. Se sentía satisfecho".

Los alumnos se interesaron por el completo dominio sobre el territorio castellano que el escritor vallisoletano demuestra en todas sus obras. "Conocía muy bien la región porque le encantaba cazar y salir al campo. Tenía una capacidad especial para quedarse con las cosas, y después contarlas". explicó la hija del autor.

La jornada dedicada a Miguel Delibes continuó por la tarde, en la localidad castropolense de Figueras, donde se trató la enseñanza del autor con profesores de Secundaria, y, finalmente, en la villa de Castropol, donde se organizó un encuentro con lectores de Delibes.