Corta, concisa y genial, cargada de sentido del humor y con un mensaje sinceramente positivo. Así es la poesía del gijonés Miguel Mingotes, inspirada, como él mismo expresó, en la vida misma. De esta forma de arte disfrutaron ayer los alumnos del instituto Elisa y Luis Villamil de Vegadeo, y también aquellos que se acercaron al autor en la Casa de Cultura de Figueras, dentro de las actividades programadas por el VI Foro Comunicación y Escuela.

Pero no sólo a través de la palabra se expresa el asturiano, ya que también ofreció una muestra de obras realizadas con materiales que se encontró paseando por la playa de su querida Gijón. "Me he dado cuenta de que puedo expresarme poéticamente no solo con palabras. La poesía esta en muchos sitios: en imágenes, objetos, cine?", aseguró Mingotes, que pronto se hizo con el favor del joven auditorio. Además, cuestionado por la fuente de inspiración, Mingotes declaró que su método de trabajo, el de la poesía, "es simplemente vivir".

El poeta, cuya vida ha estado marcada por una enfermedad degenerativa, ofreció una muestra de su obra a los escolares, centrándose en el primero de sus recopilatorios. Verso a verso, poema a poema, fue destripando la historia de cada una de sus creaciones, que en muchos casos no superan los tres versos. Reconoció Mingotes que para concebir este primer volumen decidió agrupar los pequeños poemas por temática. Así, un capítulo se dedica al sufrimiento por la muerte de sus padres. "Es un sentimiento complejo, no es fácil convivir. Por un lado un tremendo amor, pero por el otro, enfrentamiento", explicó Mingotes. Otros capítulos versan sobre el amor, la infancia, la naturaleza o la vida y la muerte.

Mingotes defendió además que los libros para niños, en muchas ocasiones, no son solamente para niños: "Todos, antes, fuimos unos niños pequeños; un niño que ya no existe, pero que dejó un recuerdo que siempre nos acompaña".