Con 25 años de experiencia en el centro de salud de Tapia de Casariego a sus espaldas, Félix Quirós es una de las voces más autorizadas para analizar la situación actual de la asistencia primaria en el Área Sanitaria I. Quirós denuncia que en los últimos tiempos se ha producido un retroceso en los recursos que se destinan a la sanidad pública, tras un gran avance en las dos décadas anteriores. El delegado sindical del Sindicato Médico del Principado de Asturias (SIMPA) centra sus quejas en la decisión de no sustituir a los especialistas y dejar a Tapia de Casariego y El Franco sin ambulancias, "lo que puede generar una situación de gran peligro asistencial", asegura.

-En las últimas fechas se ha denunciado, por parte de los profesionales, la falta de sustituciones en consultorios periféricos como el de Ayones y Carcedo. ¿Se está precarizando la asistencia sanitaria en el Área I?

-Sí. La falta de sustituciones, con consultas cerradas, sobrecarga al resto de los compañeros. Si una consulta ordinaria supone de 25 a 40 personas por médico y día, en estos casos hay que repartirlo entre dos. Se llegaría a sesenta. Esto supone menos tiempo para cada paciente. Se precariza el tiempo, se precarizan los diagnósticos, se facilitan las equivocaciones, porque somos seres humanos. Se hace esperar a la gente más de la cuenta y se deriva más al hospital, creando allí una sobrecarga, ya que hay más dudas al tener menos tiempo.

-¿Y qué incidencia tiene sobre el empleo de profesionales?

-Al mismo tiempo, de forma paralela, se aumentan las listas de desempleo porque personas jóvenes que inician su carrera profesional no tienen puesto de trabajo, no se les contrata. La falta de espíritu de contratación significa que los profesionales que vienen a trabajar al Occidente de Asturias se marchan. De cinco personas contratadas por el hospital como médicos de atención primaria para hacer las sustituciones eventuales, dos están en plazas que son de comisión de servicios. Con lo que quedan sólo tres contratos de médicos de familia para todo el Occidente de Asturias. Mes a mes. Son contratos en precario.

-También se ha destacado la falta de ambulancias en dos concejos de la comarca: Tapia de Casariego y El Franco. ¿Cómo afectará esta situación a la calidad del servicio en el Occidente?

-La falta de ambulancia en dos concejos que triplican la población en el verano, como Tapia de Casariego y El Franco, les lleva a depender de una ambulancia que venga desde Vegadeo o Navia. Esto puede generar una situación de verdadero peligro asistencial y de alarma social. En el caso en que ocurra algún accidente en las playas, se tendrá que esperar media hora o incluso una hora, como poco, para evacuar al individuo en peligro. La gerencia y los profesionales a cargo de la gestión de los medios deben pensar que están tratando con personas. Hay que poner medios para que esas personas subsistan, no retirar medios de la asistencia sanitaria.

-¿Se están anteponiendo otros intereses al de prestar una buena asistencia sanitaria?

-Se prioriza el ahorro y el desvío de los fondos de la sanidad pública hacia otras tesituras que no alcanzo a comprender. La gran cantidad de gestores que hay deberían salir de los despachos y venir a atender a la gente. Tenemos casi más gestores que médicos.

-Existe otro colectivo, el de los celadores, que también han elevado sus quejas ante la falta de sustituciones en los turnos nocturnos del verano. ¿Qué le diría a los gestores que toman este tipo de decisiones?

-Que el país se levanta contratando a la gente joven para que trabaje y tenga el espíritu de mejorar las cosas. Si lo que haces es no contratar, es un desierto y una desbandada de profesionales hacia el exterior. Muy bien formados, incluso más que los que llevamos trabajando unos años, puesto que se han seguido formando mientras se mantenían desempleados.

-¿Teme que ese éxodo deje sin recursos humanos al Occidente?

-Eso es lo que está ocurriendo, y va a seguir. Cuando cierran una consulta, y reparten entre los compañeros que quedamos, sostienen que no hay médicos o enfermeros disponibles. Los hay, pero los están dejando escapar sin darles una oportunidad de futuro en su comarca. Además, conozco el problema de los celadores, y el de los auxiliares, que desde 2010 no pueden introducir sus cursos como méritos para puntuar.

-¿La llegada del verano supondrá más carga de trabajo para los especialistas?

-Por supuesto, sobre todo cuando lleguen las fechas centrales de julio, con la mayoría de festejos en la comarca. Es cuando viene el gran montante de veraneantes. No hay contratación de incidencia turística, se reparten las personas entre los profesionales que quedamos, y las consultas siguen cerradas. La percepción de disminución de calidad asistencial es evidente, por parte de los profesionales, cuya denuncia se está realizando constantemente. Pero les entra por un oído y les sale por el otro.

-¿El paciente lo notará?

-Tendrá que esperar más. Yo acabo todos los días con una hora de lista de espera en el día. Estoy sospechando que empezaremos a crear lista de espera de día en día en Atención Primaria, si queremos soportar la calidad y darle diez minutos a cada paciente. En las cuatro horas y media de asistencia, podríamos ver 27 personas. Las siguientes que vengan serán para mañana, y las siguientes para pasado, creando una lista de espera.

-¿Cómo ve el futuro de la sanidad en la comarca con la colaboración entre las áreas del San Agustín y Jarrio?

-El hospital que tenemos es un hospital comarcal. Lo que no se puede permitir es tener medios de diagnóstico muy caros tan juntos. Ha variado la distancia que había con el centro, y es normal que se concentren recursos. Así todo, los hospitales comarcales tienen su vida, acercan a la población los medios de diagnóstico elementales, y la calidad de asistencia se percibe mucho más personalizada y cercana.