Navelgas exhibe desde ayer parte de la vida y logros de sus buscadores de oro. Se trata de material donado por parte de las personas que componen la asociación "Barciaecus" para una exposición que abre, de alguna manera, el que será el año dorado de este pueblo de Tineo, enclavado en el suroccidente asturiano y que en agosto acogerá el Campeonato mundial de bateadores.

Hace tiempo que en esta villa tinetense saben lo que significa el oro. El presidente del colectivo, César Castaño, ya no aspira a encontrar la gran pepita en el río, eso lo dejan para las películas, pero sí a mantener este deporte minoritario que pese al paso del tiempo, el despoblamiento de la zona rural y las dificultades económicas para organizar eventos deportivos, resiste. ¿El secreto? "La implicación y la unidad del pueblo", sentencia.

La exposición que desde ayer se encuentra en la Sala Barciaecus del Museo del Oro tiene ese espíritu. Siete panales con fotografías recuerdan lo vivido por los bateadores de Navelgas desde 1997, cuando decidieron ir a un campeonato de Italia. Gracias a la organización de los bateadores y a la familia Sanfiz (la gran impulsora del bateo en Tineo), la actividad relacionada con este deporte continuó.

Hasta la fecha, la asociación ha visitado varios países (Estados Unidos, República Checa, Polonia, Australia, Japón y Eslovaquia) en busca de oro con bateas y campeonatos. En 2005, lograron que Navelgas acogiese la cita europea y en 2008, la mundial. El 2015 será otro año crucial en la historia del bateo del pueblo: bateadores de todo el mundo se reunirán cerca del río para buscar el preciado metal. Por eso el colectivo quiere recibir el año con una muestra "humilde, pero muy grande", como detalla Castaño. En la sala se pueden ver bateas de coleccionista que los buscadores de oro de la zona compraron en otros países; también minerales relacionados con este metal, utensilios de los bateadores y, cómo no, oro. Destacan tres piezas de entre cuatro y cinco gramos de oro cada una y extraídas en Mali y otras pepitas más pequeñas encontradas en el río Navelgas.

El resto de la muestra, que lleva por título "Oro: de Navelgas al Mundo", son recuerdos de una historia que nadie se atrevió a imaginar hace décadas. A finales del siglo XIX se encontraron en el río dos piezas de más de un kilo de oro. "Ni la gente de la zona creía en el oro ni que lo había en el río", indica Castaño. La familia Sanfiz sí quiso y pudo encontrar el mineral y transmitió la técnica de padres a hijos.

Hoy en Navelgas "disfrutamos con el bateo", dice Sandra Fernández. Ella no batea pero es socia del colectivo, con más de cien integrantes. Conoció a su marido gracias al oro. Él es holandés y pertenece a la delegación de bateadores de ese país. "Allí no hay oro. Casi todos los bateadores son geólogos, gente que busca minerales en general en el río", explica Fernández.

En Navelgas, el oro ha servido para llevar el nombre del pueblo por el mundo y también las tradiciones más asturianas. En Asturias se sabe que los bateadores son de Tineo y que se han hecho un hueco en el mundo de la competición. En 2015 tienen el gran reto de organizar el Campeonato mundial, que se celebrará entre el 3 y el 8 de agosto, y también varias actividades que implican a colegios y a las escuelas de Minas. A partir de la primavera habrá una ronda por los centros educativos para que los más pequeños conozcan el bateo.

La muestra que ayer se presentó con la asistencia del alcalde, José Ramón Feito, se puede ver hasta finales de enero, de martes a domingo, de 11 a 14 horas y de 16 a 19 horas.