Cientos de personas se concentraron ayer frente a los juzgados de Oviedo, convocados por varias asociaciones y sindicatos, para pedir la libertad de los cinco mineros de Cerredo condenados a dos años y medio de cárcel por atacar a un ingeniero técnico tras un accidente laboral en la mina del concejo de Degaña. La titular del Penal 3 de Oviedo consideró el pasado mes de enero a los encausados autores de un delito de atentado con abuso de superioridad, de otro de daños y de una falta de lesiones.

Los incidentes se produjeron tras el accidente del 12 de julio de 2012, en el que resultaron heridos varios trabajadores. Según la acusación, más de 200 personas se concentraron en la boca del pozo y asaltaron el vehículo en el que se encontraba el capataz, que trataba, según esta versión, de trasladar a los heridos en su coche. Los mineros alegaron que frenaron el vehículo del jefe porque interpretaban que trataba de evitar que acudiesen los servicios de emergencia y que la empresa tuviera que hacer frente a sus responsabilidades por el accidente. Los abogados de los condenados señalaron, además, que según el atestado de la Guardia Civil los elementos más violentos no habían sido identificados, y que pagaban por algo que no hicieron.

Los convocantes de la movilización de ayer subrayan que el capataz implicado "puso en peligro la vida de los trabajadores actuando al margen de los servicios médicos... En un mundo laboral totalmente precarizado, la impunidad protege a quienes roban a manos llenas, las cárceles se vacían de corruptos y se llenan con quienes defienden nuestros derechos más básicos".