En su momento, Cadavedo tuvo la oportunidad de parcelar sus comunales y repartirlos entre sus vecinos (así lo han hecho Villademoros, San Pelayo, Silvamayor y muchos otros) o constituir una entidad local menor (como las de Trevías, Barcia-Leiján y otras). No sé exactamente si por falta de acuerdo entre los vecinos o por qué razón no se tomó ninguna de estas decisiones y los comunes -sólo las parcelas de mayor cabida- fueron registradas a nombre del Ayuntamiento de Valdés, perdiendo los vecinos todo control sobre ellas, y el Ayuntamiento, todo control sobre las parcelas menores, ensanchamientos de caminos, encrucijadas, etcétera.

El Ayuntamiento, mediante un consorcio con el entonces Patrimonio Forestal del Estado, deslindó con una zanja las parcelas registradas a su nombre y las repobló. Las parcelas menores y ensanchamientos de caminos pueden ser incorporados a los de cualquier propietario desaprensivo que linde con ellos sin ningún problema, porque ni están registrados, ni el Ayuntamiento tiene control alguno sobre ellos.

El BOPA número 141 de 20 de junio de 2011 publicó el convenio específico de reforestación y gestión forestal entre el Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Valdés, que afecta a 64 hectáreas del monte de Cadavedo. La cláusula séptima de dicho convenio prevé la constitución de la comisión de seguimiento, donde se da opción a que cualquier vecino informe o reciba información sobre el desarrollo del convenio.

La concentración parcelaria de San Pelayo adjudicó a particulares terrenos públicos de los montes de Cadavedo. Este hecho fue denunciado por la Asociación de Vecinos de Cadavedo en sendas cartas certificadas dirigidas a la consejera de Agroganadería y Recursos Autóctonos del Principado de Asturias y al alcalde del Ayuntamiento de Valdés, como firmantes del convenio de reforestación, por no estar constituida, todavía, la comisión de seguimiento.

Hasta este momento, no se ha informado a la asociación de vecinos de lo que se va a hacer al respecto, ni siquiera se acusó recibo de las cartas.

Se trata de terrenos públicos, que figuran registrados a nombre del Ayuntamiento de Valdés (finca número 35.075), que pasan a manos privadas. Debido a la falta de información que, según el convenio de reforestación, debía dar la comisión de seguimiento, no se sabe cómo el Ayuntamiento de Valdés -y particularmente Cadavedo- fue compensado por esta merma de su patrimonio. ¿Fue una compensación oficial o entre particulares? ¿Compensación económica o con favores? También es posible que haya sido un simple error.

Todos los partidos que están representados en el Ayuntamiento de Valdés, incluso la Consejería, conocen los hechos: unos, por haber sido informados por escrito; otros, por haber asistido a reuniones de la asociación de vecinos donde se trataron este tema y otros, porque han sido informados verbalmente.

Cuando un error tan claro como éste -asignación de terrenos públicos a particulares- no se intenta corregir, ¿por qué será? ¿Será que alguna persona, pública o privada, ganó algo con el error? ¿Será que a algún político le repugna reconocer que tuteló un proyecto con errores? ¿O, simplemente, será pura desidia? A juzgar por el estado de conservación de los montes comunes de Cadavedo y sus pistas, yo me inclino por la desidia: desidia de los políticos, que no cuidan los bienes públicos; desidia de la Administración, que no sabe dónde están y qué pasa con los bienes de los que es responsable, y desidia de los vecinos de un pueblo, que no les importa lo que se haga con sus espacios públicos.

Sé que esto que escribo no sirve para nada, pero es la única solución que tenemos los administrados para descargar adrenalina.