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JULIO FERNÁNDEZ LAMUÑO | Cronista oficial de Tineo, premio "Lar Vial" de Tuña

"Tenemos mucha motorización, pero falta una promoción integral del campo"

"Recibir el 'Lar Vial' es un prodigio para mí porque antes lo han otorgado a gente muy ilustre, sólo puedo agradecerlo"

Julio Fernández Lamuño, ayer, en Oviedo. JULIÁN RUS

A sus casi 96 años, el luarqués Julio Fernández Lamuño, actualmente afincado en Oviedo y previamente durante varias décadas en Tineo, recoge mañana el XI premio "Lar Vial" de Tuña, en la localidad tinetense. Es el cronista oficial del concejo de Tineo, donde desarrolló buena parte de su vida profesional como perito agrícola en la Granja Agrícola de Tineo fundada en 1925 por la Diputación Provincial y el Ayuntamiento. Además, durante los años sesenta, Fernández Lamuño fue corresponsal de LA NUEVA ESPAÑA. Ahora sólo lamenta que "me quede poco tiempo para escribir todo lo necesario para el buen conocimiento de la historia de Tineo".

-¿Qué significa recibir el premio "Lar Vial" de Tuña?

-Es una cosa tan excelente que la gente quizá no se da cuenta de cómo a través de este undécimo "Lar Vial" de Tuña estamos enlazando la historia de este momento de hoy, que es histórico, con los tiempos heroicos de Troya y de la fundación de Roma. Porque esto está labrado hace 2.000 años por los romanos, que eran los que estaban explotando el oro de Tineo, Navelgas y Tuña. Menciono Troya también porque en la "Eneida" de Virgilio aparece el personaje llamado Tineo, y éste es el nombre que tenemos nosotros y por eso decimos que nuestra historia se remonta a Troya. En cuanto al recibimiento del premio, es un prodigio para mí, porque lo ha recibido gente muy ilustre y sólo puedo agradecer la atención que tienen con uno que ya es un valetudinario que supera los 90 años.

-Pero muy bien llevados. ¿Cuál es su secreto?

-Muchos me lo preguntan y el remedio está en que en Tineo lo que tenemos es un paraíso natural, como hay en el resto de Asturias, pero aquí incrementado porque el paisaje, el ambiente, la amabilidad y la cultura de las gentes y sobre todo la naturaleza de las aguas y de los alimentos son un verdadero talismán para conservar la salud, el humor y la vida.

-No es el primer reconocimiento que recibe en Tineo, también fue nombrado hijo adoptivo.

-Es un nombramiento que yo pondero mucho porque fue el mismo día, el 29 de mayo de 1992, en el que se lo otorgaron a dos superhombres como son Severo Ochoa (en Asturias no hay más premio Nobel que él) y al alcalde José María Velasco "Chuché", que tiene méritos indiscutibles, entre ellos, el haber creado en 1954 la primera Casa de Cultura de Asturias, en Tineo, que era la tercera de España.

-Es luarqués, pero el trabajo le hizo crear un fuerte vínculo con el concejo de Tineo.

-Por mi profesión de ingeniero técnico agrícola, además de químico, estuve siempre ligado al campo y en el año 1945 entré en una plaza que tenía la Diputación Provincial en la Granja Agrícola y Ganadera de Tineo, que ocupé de forma definitiva. Por ese motivo tuve un contacto continuo y permanente con todos los problemas campesinos y ganaderos de Tineo.

-¿Cómo describiría la evolución del concejo?

-Por aquel entonces la gente era eminentemente agricultora y ganadera, en un 80 por ciento, y teníamos una población rural de más de 20.000 individuos. La verdadera riqueza de Tineo en los años 30 era la ganadería: había 18.000 vacas, 16.000 cerdos, más de 15.000 cabras y 45.000 ovejas. En el año 1948, cada jueves en el mercado semanal se vendían en Tineo un promedio de 500 lechones en la jornada, lo que suponía que había unas 2.000 cerdas parideras en todo el concejo. Todo era una cadena productiva de riqueza que hoy en día, con el abandono en el que tenemos esa fuente primaria esencial, en el concejo viven poco más de 10.000 personas y muchos pueblos están casi abandonados, las cerdas ya no existen y únicamente defendemos el ganado de leche y ya veremos por cuanto tiempo. Es una lástima. Pero, a pesar de ello, Tineo no deja de ser un paraíso natural.

-¿Cómo ve la transformación del trabajo que se realiza en el campo?

-Ahora la lástima es que muchas huertas que tenían que estar dando hortalizas están a matos. Porque tenemos mucha motorización, pero falta una promoción integral del campo. Es un problema complejo, porque si el que va a explotar el campo y a vivir en él no saca lo necesario para poder vivir plenamente, pues lo abandona. De todas formas, se ha progresado mucho con la concentración parcelaria, aunque hoy día se están concentrando muchos terrenos que si luego sólo se quedan para plantar eucaliptos o para dejarlos abandonados pues no conseguimos gran cosa.

-¿Qué destacaría de Tuña?

-Si Tineo es un botón de muestra en la historia desde tiempos de Eneas hasta ahora, Tuña lo es desde hace 2.500 años y nos llega hasta hoy el frescor y la fragancia del domino de los romanos que nos trajeron tanta prosperidad. Además, en Tuña existe una riqueza fabulosa de historia, de paisajes y palacios. Lo conocí en el año 1948 con motivo de unos cursillos de enología y de industrias lácteas. Al llegar a Tuña en aquel entonces quedé impresionado del ambiente y el paisaje de fertilidad, de belleza, de paz y de tranquilidad. Estaban todas las lomas de la parte meridional cubiertas de viñas y andaban los cerdos por la calle comiendo los higos que se caían y que nadie recogía.

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