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Las gaitas de Navia, famosas hasta en China

"Íbamos por las calles de Shanghái y nos pasábamos un cuarto de hora posando para las fotos", confiesan los músicos locales de la banda "La Reina del Truébano"

Cristian Lanza, Miguel Álvarez, Luis Feito y Ekaitz de Luis, en Navia. G. GARCÍA

A los músicos naviegos se les pusieron los ojos como platos cuando, al ir a tocar la canción "Noche inolvidable" (traducida al español), se lo prohibieron. "Algo así sólo puede pasar en China. Al parecer, ese tema sólo se puede interpretar por la noche", dice, aún asombrado, Luis Feito, director de la agrupación "La Reina del Truébano". Es tan sólo una anécdota más que contar del "inolvidable" viaje al gigante asiático que protagonizaron este mes de septiembre, y del que se han traído hasta Asturias el título de mejor banda en el festival del Shanghái.

El inicio de la aventura no hacía presagiar nada bueno. La huelga de la aerolínea que los debía transportar hasta el país asiático los pilló en Bilbao, y ahí comenzó la odisea. Se barajaron las opciones de viajar a través de París y de Londres. Finalmente, tras horas de angustia, lo lograron haciendo escala en Madrid y Moscú. "Cuando aterrizamos, no nos lo podíamos creer", afirma Ekaitz de Luis.

Sin embargo, este sinsabor mereció la pena, sobre todo por la oportunidad de conocer una cultura tan diferente y descubrir la admiración que allí les profesaban. "Al ir caminando por la calle no tardaban en pedirte una foto. Cuando te dabas cuenta, tenías una cola de chinos con la cámara en la mano, y nos pasábamos un cuarto de hora posando con ellos", comenta, divertido, Miguel Álvarez, otro de los componentes de la banda.

El grupo recorrió el gigante asiático desde Shanghái, donde les sorprendió la inmensidad del mar de rascacielos que se levantan hacia el horizonte: Luoyang, "la ciudad más pequeña y donde encontramos la auténtica China", y finalmente Pekín, la capital, en donde visitaron la Gran Muralla China, así como la plaza de Tiananmén y las mastodónticas dimensiones de la Ciudad Prohibida, desde donde gobernaron los 24 emperadores chinos que se sucedieron durante más de quinientos años.

"Tienen una cultura milenaria. Vimos tambores que datan de varios siglos antes de Cristo", alaba Luis Feito, que sin embargo les reprocha a los organizadores del festival "un afán por copiar los festivales occidentales". El grupo desfiló a lo largo de una gran avenida en Shanghái, lo que les recordó a cuando participaron en el desfile de San Patricio en Nueva York. "El número de espectadores era imposible de calcular, no se puede comparar con nada de lo que habíamos conocido", subraya el también gaitero Cristian Lanza.

El modo de vida del país chino también fue un atractivo para la expedición, que se acercó a las formas tradicionales de servir el té en Luoyang. La amabilidad y el buen ánimo de la población figuran entre los apartados positivos que se trae el colectivo naviego de la experiencia.

Y es que a pesar de los galardones recibidos, Feito sigue repitiendo que el mejor premio fue poder ir, "gracias a toda la gente que colaboró con nosotros, y a la que tenemos que agradecer por donar los productos para la cesta o por comprar papeletas". "Fue algo bestial. Ahora tenemos que asimilarlo y verlo en perspectiva", remata Ekaitz de Luis.

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