Se llama Kenia López y es una tapiega de ocho años que apunta maneras en el mundo del surf. Con 4 años pidió su primera tabla y a los 5 se inició en un deporte que está aprendiendo de manera autodidacta. El pasado fin de semana participó en la playa de Salinas en su primer campeonato y logró una meritoria tercera plaza. "¡Toma!", exclamó cuando escuchó la clasificación.
Lo de Kenia es un talento innato, pues nunca fue a clases de surf ni nada que se le parezca. Con su habilidad y cuatro consejos que le va dando su padre, Rubén López -que compitió de joven-, y algunos surfistas veteranos de la villa como Carlos López, Toño Alonso o Pepe Gayol se defiende entre el oleaje del Cantábrico.
"El caso es que a mí nunca me vio hacer surf, lo que veía son las tablas en casa y por eso cuando nos dijo que quería una, su madre y yo nos quedamos alucinando", precisa su padre. Le compraron una tabla de gomaespuma, pero ella muy pronto dijo que esa no le servía porque no le dejaba maniobrar con facilidad, así que empezó a usar una de las tablas pequeñas que guardaba su padre, que ha vuelto a surfear gracias a las inquietudes de la pequeña. Cuenta su progenitor que la primera vez que Kenia se metió al agua con la tabla sólo le dijo: "cuando venga una ola tú ponte de pie". Y la niña no defraudó.
Este año, por su cumpleaños, le regalaron su primera tabla de fibra, y con ella compitió este fin de semana en Salinas en la primera prueba del circuito de surf que organiza la Asociación de Escuelas de Surf de Asturias (Aesa). Antes de entrar al agua le explicaron las normas de la competición, que Kenia cumplió al pie de la letra. No le importó ni la diferencia de edad con las doce contrincantes de su categoría ni tampoco el fuerte oleaje que hubo en la playa castrillonense durante el fin de semana. Ella sólo se dedicó a hacer lo que más le gusta.
La tapiega quedó en tercera posición de la categoría sub 12, por detrás de la vasca June del Campo y la cántabra Anne Calderón, dos jóvenes promesas del surf nacional. "Disfrutó mucho; ella es muy competitiva. Llamaba la atención porque era mucho más pequeña que las demás", precisa su padre.
En la final se salió del agua antes de que terminara la manga de veinte minutos porque estaba ya cansada del esfuerzo, y el público empezó a aplaudir. "Me preguntó que por qué aplaudía la gente", relata su padre, muy orgulloso por la actuación de esta pequeña que estudia tercero de Primaria y sueña con ser surfista. "Es su pasión y la verdad es que apunta maneras", añade. Desde luego Tapia, meca del surf asturiano, no es mal sitio para su vocación.
