Los grupos de Manos Unidas del occidente asturiano reunieron en la noche del sábado a más de 300 personas solidarias. Solidarias porque desean colaborar con esta organización no gubernamental que desde hace décadas trabaja para atajar la pobreza en los países más pobres del planeta. Dice María Luisa Villanueva, de Manos Unidas de Navia, que el objetivo es "no parar de recaudar si en algún lugar del mundo se pasa hambre" o no se pueden atender las necesidades básicas.

El reto es difícil, pero no por ello las voluntarias del Occidente (son mayoritariamente mujeres) dejan de hacer todo lo posible para cumplir con sus metas anuales. La cena solidaria de Navia -en la que el hostelero Pepe Santiago es un pilar fundamental por donar el valor de todo lo que allí se consume- es una muestra del afecto que la comarca tiene por este movimiento y sus ideas. "Cada año somos más", dice con una sonrisa María Luisa Villanueva. A la cita no faltan los grupos más activos. Es el caso de Luarca. Está dirigido por Marilís González, una persona muy implicada en eso de ayudar a los demás.

Empezó en Manos Unidas porque se lo pedía el cuerpo y poco a poco fue dándose cuenta de que ayudar "también aporta mucho al que ayuda". Durante todo el año, los distintos grupos de Manos Unidas organizan actividades para financiar el proyecto que toca. Este año, con los 25 euros que ayer donaron por persona en Navia, se financiará un pozo de agua en Etiopía. "Es importante que la gente se implique y siempre necesitamos más ayuda, más personas, más sensibilidad", dice el párroco Francisco González, de La Caridad.

En Tapia saben que este movimiento funciona muy bien porque "todos sabemos dónde se invierte el dinero", dice José Ramón García. "Es algo fundamental". Algunos movimientos solarios perdieron apoyos a existir dudas. Los grupos de Manos Unidas no tienen ese problema. "Nos informan de todo lo que se hace", explica María Jesús Jardón, de Boal. Todos comparten la idea de que el mundo "es de todos" y, por ello, es una obligación hacer algo por mejorarlo". La construcción de los pozos de agua en Shoa dará servicio a más de 30.000 personas.