"¡Qué llegan, qué llegan!". Es la una de la tarde en Belén y un revuelo de gente y gritos hace pensar que sucede algo especial. Ha pasado el día de Navidad, pero en Valdés hay motivos para seguir celebrándola. Celebraciones hay muchas estos días por toda Asturias, y la recreación del nacimiento de Jesús se hace en muchos lugares. Pero en este pequeño pueblo valdesano tienen argumentos para reclamar un protagonismo especial: el primero, que llevan muchos años haciéndolo; el segundo, que sólo ellos pueden presumir de decir que su Niño nace de verdad en Belén.

Los vecinos de la parroquia de La Montaña escenifican todos los años el nacimiento de Jesús. Los actores son personas de la zona que tuvieron la idea de convertir una anécdota de la coincidencia del nombre en algo especial para todos. Belén es el único pueblo de España que se llama así, como el de la Palestina bíblica. "Suena a Navidad, por eso tenemos nuestro Niño Jesús, que es de aquí y todo se hace a a la asturiana" , dice Araceli Feito.

Cuenta la leyenda que un día de invierno todos sintieron la llamada.

"Ya al escurecer, cuando diban despachar las vacas, sintieron dalgo nel alma, que pa Belén los l.lamada", dicen los versos que ayer se leyeron en la iglesia. La Virgen María y San José llegaron con su caballo al centro del pueblo cuando las campanas dejaron de repicar. En el templo les esperó un portal hecho a medida, un centenar de personas y todas las ofrendas "a la asturiana" para un niño especial: bizcochos y rosquillas, miel y fabas y también pote con receta del Principado.

Parece cierto eso de que muchos acuden a la llamada "o detrás de la estrella", como dice Adelina Fernández, una mujer de 69 años que ayer se vistió por primera vez de asturiana y estrenó traje para recibir al Niño Jesús. "Hace falta gente que recuerde que tenemos un nombre muy religioso y muy especial", añade.

Este año este particular nacimiento viviente casi se queda sin bebé. La niña María Pérez era la apuesta inicial, pero se puso enferma justo el sábado. Pepe García Álvarez, que cumplió seis meses al pasado día de Navidad y es de Luarca, tomó el relevo. Yohana Santiago y Domingo Rodríguez, convertidos en la Virgen María y San José, fueron los encargados de arrullarlo. Hace seis años que colaboran con el belén viviente. La pareja guarda con mimo las particulares prendas de un año para otro. "Si se puede, siempre hay que ayudar", dice Yohana Santiago.

Si algo no faltó ayer en Belén fueron colaboradores y público. Tal vez por la buena temperatura pese a ser ya invierno, o tal vez porque cada año acude más gente a ver el nacimiento de Cristo en Belén de Valdés, la iglesia estaba llena. Fue difícil hasta hacer fotos entre el gentío.