Pesaba 12 kilos y ahora llega a 17. Tendrá que coger más volumen para poder ser liberada en su hábitat, pero la foca gris "Bertín" ya come bien, se recupera de la herida del ojo y de otras infecciones, y nada con normalidad en la piscina del centro de recuperación que la Cepesma tiene en La Mata. "Estamos contentos y en cuanto podamos la devolveremos al mar", indica Luis Laria. Este macho se halló en apuros en Perlora el 29 de diciembre. Desde su llegada al centro valdesano ha evolucionado favorablemente.
Según Laria, en un futuro próximo será habitual ver focas en la costa asturiana. "No se deben molesta ni tocar", indica. De hecho, no todas se tienen que recoger, sólo las que están en apuros.
En 18 años, la Cepesma ha recuperado 17 focas. En los últimos dos años, se avistaron 31 ejemplares, pero sólo cinco necesitaron la ayuda del ser humano.
Las focas grises que llegan a la costa asturiana proceden del noroeste de Irlanda. Suelen llegar a costa Cantábrica por las corrientes o por efecto de condiciones meteorológicas adversas.
Para poder recuperar a focas como "Bertín", la Cepesma sigue un protocolo. No se da de comer al animal con un horario (porque en su hábitat no come a una hora concreta) y sólo acceden a la piscina personas con una bata blanca. Así se evita que el ejemplar se familiarice con el ser humano, que en otros contextos podría hacerle daño. No se sabe cuándo se liberará al animal, pero se prevé que sea pronto, y lo hará un barco a varias millas de la costa.
