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"No se echaron restos óseos al vertedero", defiende el párroco de Carballo

"¡Cómo vamos a tirar todo si tenemos seres queridos allí enterrados!", enfatiza el encargado de la obra del cementerio

Restos guardados en la sala de autopsias del cementerio. D. ÁLVAREZ

El párroco de Carballo, Francisco Javier García, conocido como "Pachi", defiende que los restos óseos enterrados en la parte del cementerio de la parroquia de Carballo donde se comenzó a ejecutar una obra para ampliar el número de nichos "no se han tirado a la escombrera, sino que están guardados en varios recipientes en la sala de autopsias del cementerio". El párroco reconoce que, por la antigüedad de los restos, algunos de los huesos de menor tamaño han podido ir a parar a la escombrera, pero asegura, en todo caso, que son los menos porque "durante todo el proceso de movimiento de tierra se han ido recogiendo todos los huesos para volver a enterrarlos".

El encargado de la obra, Daniel Lago, defiende que el trabajo fue muy meticuloso. "Fuimos haciendo la recogida de los restos por las tumbas que estaban marcadas y los guardamos separados e identificados por tumbas para que se puedan volver a enterrar", relata. Aunque admite que algunos huesos de menor tamaño han podido pasar desapercibidos e ir a parar a la escombrera, también sostiene que siempre que "se detectaron restos entre el escombro, se recogieron". El contratista es vecino de la parroquia y manifiesta que tiene familiares enterrados en la zona de las obras. "¡Cómo vamos a tirar todo si tenemos seres queridos allí enterrados!", enfatiza.

Las obras para ampliar el cementerio fueron solicitadas por varios vecinos que no cuentan con nichos en el camposanto. El párroco les facilitó la interlocución con el Arzobispado de Oviedo y explica que, una vez que el proyecto parecía salir adelante, "lo anuncié en la iglesia, en una misa en la que había un buen número de asistentes, y dejamos unos tres meses para que la gente interesada se pudiera apuntar para solicitar nichos".

Las obras se iniciaron en noviembre, pero en pocos días fueron paralizadas por falta de licencias. "Contamos con un permiso del Arzobispado para realizar las obras, pero es verdad que no teníamos licencia municipal; ahora la solicitamos y ya hemos aportado todos los documentos que nos reclamaban", comenta Lago.

El Arzobispado asegura que las obras se mantendrán paralizadas hasta que no cuenten con todas las licencias pertinentes, tanto del propio Obispado como de Sanidad y del Ayuntamiento. Fue la propia institución la que decidió parar las obras después de que visitasen la zona el Arcipreste, el Vicario y el inspector de obras, en respuesta a la llamada de los vecinos denunciantes.

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