La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una ría llena de secretos

El galeón del siglo XVI que reposa en el canal de navegación es uno de los pecios más valiosos del estuario entre Galicia y Asturias

Una ría llena de secretos

En marzo de 2007 y tras un fuerte temporal que azotó la costa Cantábrica un grupo de buzos de Figueras se toparon en la castropolense ensenada de Llan con los que parecían los restos de un naufragio. Localizaron catorce cañones e inmediatamente dieron parte a la administración regional asturiana para su investigación. Aquel hallazgo constató un secreto a voces y es que el Eo es un auténtico cementerio de barcos.

Los ribereños están acostumbrados a escuchar historias que hablan de batallas y naufragios, pero también a encontrarse en los bajos de la ría con restos de cerámica, madera y otros materiales procedentes del sinfín de barcos que a lo largo de la historia han accedido a los puertos del estuario. Sin embargo no ha sido hasta la última década cuando se han empezado a realizar prospecciones serias en la zona encaminadas a localizar y proteger los posibles pecios.

La arqueóloga María Noval fue la encargada de realizar el informe preliminar sobre los cañones de la ensenada de Llan. En su análisis apoyó la hipótesis de los buzos figueirenses de que los restos podrían pertenecer a un naufragio del siglo XVII. Incluso los de Figueras apuntaron la posibilidad de que se tratase de dos fragatas de la Armada: "El Galgo de Andalucía" y el "San Francisco".

Las dudas siguen presentes ya que nueve años después del hallazgo sigue pendiente una investigación más minuciosa que arroje más luz sobre el descubrimiento. Los cañones siguen en la zona y son frecuentemente visitados por los diferentes buzos que se sumergen en el estuario, convirtiéndose en un atractivo que enseñar a principiantes y foráneos.

El otro hito reciente en la historia arqueológica de la ría del Eo se remonta al año 2011, cuando el arqueólogo Miguel San Claudio halló en el canal de navegación de Ribadeo y durante la supervisión de un dragado los restos de un galeón del siglo XVI.

Se trata de un hallazgo muy singular por el buen estado de conservación de la embarcación y por la información que puede aportar a los investigadores. La Xunta de Galicia ordenó protegerlo pero el paso del tiempo hace mella en el buque, según constató el pasado verano el propio San Claudio. La embarcación está siendo objeto de estudio en el marco del proyecto "Forseadiscovery", impulsado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) con el objetivo de estudiar los orígenes y los flujos comerciales de la madera con la que se construyeron las flotas españolas de 1492 a 1824.

También en 2011 la Xunta de Galicia realizó una prospección en el lado gallego de la ría que permitió localizar en la bocana del puerto deportivo de Ribadeo otros dos barcos: un vapor de palas del siglo XIX y una nave que podría ser holandesa o inglesa y que se remonta al siglo XVII. El objetivo de estos trabajos era elaborar una carta arqueológica subacuática de la mariña lucense.

El último hallazgo en la ría data de finales del año pasado y corrió a cargo de los buzos del Centro de Actividades Subacuáticas (CAS) Costa de Lugo, con sede en Ribadeo. Los restos encontrados bajo el puente de los Santos fueron analizados esta semana por buzos de la Armada y el propio San Claudio. Aunque en un primer momento se pensó en otro galeón, al final parece que los materiales no forman parte de un único pecio sino que se trata de restos de diferentes embarcaciones de entre los siglos XVI y XIX que han ido a parar a este punto de la ría. San Claudio explicó que este fondeadero sirve para constatar una vez más la enorme riqueza de esta ría fronteriza.

Compartir el artículo

stats