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Los vecinos de la costa de Cudillero hacen guardia nocturna ante la oleada de robos

"La gente ya no duerme", dice el alcalde de San Martín de Luiña tras las sustracciones en casas habitadas

Bernardino Peláez enseña la ventana por la que entraron a robar en una casa en Oviñana. A. M. S.

La preocupación por los robos en casas crece en los pueblos de rasa costera de Cudillero. Al margen del plan de vigilancia que está diseñando el gobierno local con la Guardia Civl y la Policía, hay vecinos que montan su propia guardia por la noche, sobre todo, después de lo ocurrido días atrás en Oviñana, cuando los ladrones llegaron a robar en viviendas mientras los inquilinos dormían y se llevaron dinero, joyas e incluso un coche tras coger las llaves dentro.

El alcalde pedáneo de San Martín de Luiña, Sergio Arrojo, afirma que algunas familias "ya no duermen, por si acaso". Y es que muchos pueblos de la rasa costera de Cudillero son un objetivo fácil de los ladrones, al contar con salidas directas o conexiones rápidas con la autovía. "Antes era habitual que de vez en cuando robaran o lo intentaran en caseríos deshabitados, pero ahora tenemos más miedo porque entran sin tener en cuenta que hay gente dentro", indica Arrojo.

En Novellana, el alcalde pedáneo, Abelardo Cernuda, tiene la misma opinión. "La preocupación es generalizada", dice. Es por ello que pide más vigilancia. "En la calle no se habla de otra cosa", indica. Cernuda apunta además que los inquilinos de muchas casas son gente mayor sin posibilidad de defenderse. "Yo creo que ahora es cuando la Guardia Civil debe vigilar un poco más", añade. José Luis Fernández es el alcalde de El Rellayo, San Juan de Piñera y La Magdalena y asegura que tras los últimos sucesos la gente "se muestra más temerosa de lo habitual. Tenemos especial interés por los vecinos de más edad, que viven esta situación con excesiva preocupación", detalla. En su caso, le extraña el robo de Oviñana, con salida a la autovía, pero "una sola con poco que se vigile, se da con el caco".

En Valdredo de momento hay más tranquilidad. El alcalde pedáneo, Mario Fernández, asegura que los comentarios no cesan, pero también cree que la gente está, de momento, tranquila. "El problema de estos ladrones es que nos vigilan a nosotros y también vigilan a la Guardia Civil y así es imposible dar con ellos", indica. Todos los alcaldes pedáneos piden más servicio de vigilancia, algo en lo que ya trabaja el gobierno local. El Alcalde constituyó el pasado jueves, un día después de los robos de Oviñana, la junta local de seguridad con el fin de avanzar en nuevos protocolos de vigilancia y prevención. Al margen de ello, los vecinos lamentan que los cuarteles de la Guardia Civil de El Pito y Soto de Luiña no tengan más agentes para combatir esta oleada de robos. "Como nos relajemos, se instalan aquí", dice Mario Fernández en referencia a los ladrones.

En el vecino concejo de Valdés, no hay de momento tanta preocupación. En Cadavedo, la alcaldesa pedánea, Esther Méndez, asegura que no ha entrado el pánico. "Es cierto que cuando suceden estas cosas todos pensamos en la gente mayor que vive sola, pero de momento no tenemos que lamentar robos ni incidentes". El presidente de la parroquia de Barcia y Leiján, Ricardo García Parrondo, cree que no se puede hablar de inquietud: "Estamos tranquilos, eso no quiere decir que las cosas no cambien".

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