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El telar de Taramundi tiene futuro

La ribadense Inés Barcia coge el testigo de Pilar Quintana, recién jubilada y empeñada en preservar la tradición: "Voy a conseguir que esto no se pierda"

Inés Barcia observa el trabajo de Pilar Quintana en el Centro de Artesanía de Bres. TANIA CASCUDO

La ribadense Inés Barcia se coló por casualidad en la vida de la veterana artesana Pilar Quintana y ahora está dispuesta a coger su testigo para que el telar tradicional no se pierda en Taramundi. "Me prometí a mi misma que dejaría a alguien en mi lugar", confiesa Quintana, que el pasado diciembre decidió jubilarse y cerrar su taller en el Centro de Artesanía de Bres. Gracias a Barcia, artesana textil que se dedica fundamentalmente al patchwork, el telar seguirá ocupando su lugar en el municipio.

La popular artesana taramundesa empezó a trabajar con el telar a los 11 años y, tras medio siglo de faena incansable, ha decidido que es momento de bajar el ritmo: "Tenía ganas de relajarme un poco y hacer lo que me apetece, que es seguir aprendiendo y enseñando. Sobre todo, quiero conseguir que el telar tradicional no se pierda". Quería tomarse un respiro, pero también ceder a alguien su legado; por eso, cuando Barcia llegó pidiéndole formación, lo tuvo claro. "Vine a una clase y me enredó", bromea la artesana lucense.

El día que Barcia conoció a Quintana acababa de visitar un local en el concejo de El Franco, donde pensaba instalar su taller. Formalizaba así el regreso a su tierra, tras veinte años trabajando fuera dedicada a hacer murales de patchwork por encargo, dar clases de confección de colchas y realizar variados trabajos de traductora. "Fue amor a primera vista", dice Barcia con respecto a su visita al Centro de Artesanía de Bres, donde Quintana le planteó convertirse en su sucesora.

La ribadense ha ocupado el taller de Pilar, que le ha cedido el telar de su bisabuela, donde trata de enseñarle toda su sabiduría. Además, Quintana ha trasladado a una sala de Bres su museo del telar, que Barcia se encarga ahora de enseñar al visitante. Las dos mujeres conectaron desde el principio y tienen muchos planes de futuro en común: "La idea es que Pilar no se desvincule del todo y que me enseñe este arte tradicional. Vamos a experimentar".

La historia de Barcia con el telar merece un capítulo aparte ya que hace cuatro años le regalaron uno viejo, que montó y puso en marcha gracias a libros y vídeos descargados de internet. Trabaja con técnicas modernas, muy diferentes a las de la artesana taramundesa, razón por la que contactó con ella para que le diera clases. Ahora compatibilizará su faceta de aprendiz del telar con su trabajo, que desarrollará en un local más amplio en la planta baja de esta casona de Bres.

El Centro de Artesanía de Bres cumplirá este verano tres años de historia. Ahora mismo Barcia y el artesano del cuero Fernando Vicens son sus dos únicos ocupantes. La casona tiene cuatro talleres más disponibles para artesanos que busquen un lugar donde trabajar y mostrar sus productos.

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