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Luarca hurga en el pasado

"La correspondencia es una valiosa fuente de información", señala el historiador Javier F. Granda, que publica un libro sobre las cartas de un valdesano emigrado

Javier F. Granda. G. GARCÍA

"Buenos Aires, 19 de noviembre de 1950. Mi queridísima hermana, contesto tu hermosa e interesante carta. Tomé buena nota de cuanto en ella me dices y de todas esas cousiñas de por ahí". Así comienza una de las misivas que un valdesano, emigrado en Argentina, remite a su hermana a través del Atlántico, y que junto con otras 55 (todas desde 1950 a 1968) forman un relato cercano y fascinante del fenómeno de la emigración desde dentro. La vida misma contada por sus protagonistas. La documentación se guarda en el archivo del Museo del Pueblo de Asturias, de donde ha sido rescatada por el historiador salense Javier F. Granda para la creación de su último libro, "La correspondencia de un emigrante en América", editado recientemente en formato electrónico por el museo.

Con apenas 17 años, el protagonista y escritor de este legado epistolar se sube a bordo de un vapor que lo conduce hacia Argentina. Era 1899. Asturias, y también España, sufrían una gran crisis y emigrar era "una necesidad", según afirma el historiador. El joven dejaba atrás una familia numerosa, justo antes de tener que enfrentarse al servicio militar. Una vez asentado en el Nuevo Mundo, el emigrado valdesano comienza a mantener una relación habitual con una hermana que vive en la vivienda familiar, con a la que no conocerá físicamente, pero a la que quedará unida de por vida a través de la tinta y el papel.

Buena parte de esas cartas se conservan gracias al legado de un familiar al museo. Granda las ha analizado y ha descubierto a un hombre "aventurero, explorador, leído, y que posee una capacidad de narración muy desarrollada". En sus relatos, el emigrante relata a su hermana sus viajes a través del gran país americano, en el que trabajaba como comercial. También introduce recuerdos del pasado, de su juventud en Asturias. "Tiene un recuerdo del pasado, de la aldea. Lo revive con una exactitud milimétrica", señala Javier F. Granda, que asegura que "aquel hombre tenía la necesidad de escribir esos recuerdo, contar la historia de su vida", y que, en definitiva lo que hizo fue "escribir una autobiografía a través de cartas, sin haberlo planeado así".

Asegura Granda, licenciado en Historia por la Uned y experto en criminología, que se trata de una escritura "muy valiosa", en cuanto a que está dirigida a un familiar, al que no tiene intención de mentir, y le habla de forma cariñosa y afectiva. Los textos ofrecen, además, información sobre otros emigrantes de la comarca que el valdesano se cruzó en sus numerosos viajes.

El autor del texto quiere, además, llamar la atención sobre la importancia que tienen este tipo de cartas, que muchas familias guardan "en desvanes" sin otorgarles valor. "Son importantísimas para estudiar el pasado de las clases populares, de la que apenas existen referencias", asevera. Es por ello que realiza un llamamiento a conservar y poner en buenas manos este tipo de documentos, para que los investigadores puedan seguir trabajando.

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