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Cadavedo se une para hacer de la casa natal del Padre Galo un centro cultural

Tres asociaciones trabajan para dotar de contenidos las diversas estancias, en las que se honrará al autor y a su pueblo

Esther Méndez y Paula Fernández, en la cocina de la casa natal del Padre Galo. G. GARCÍA

La localidad de Cadavedo está dando forma, poco a poco, a lo que ha sido una aspiración de los vecinos desde hace más de una década. La casa natal del Padre Galo se convertirá en un centro cultural para la difusión de la vida y obra del sacerdote y poeta local, así como un punto de referencia para toda la llingua y cultura asturianas, gracias al impulso y la unión de tres asociaciones: el colectivo del Camino del Norte de Santiago de Valdés, la sociedad La Regalina y la Asociación de Vecinos de Cadavedo. Con apoyo del gobierno municipal, esperan poder ir equipando la vivienda hasta lograr un complejo cultural lleno de actividad, en el mismo corazón de Cadavedo.

La idea parte de la asociación jacobea, que con anterioridad ya había intentado llevarla a cabo. Esta vez ha sido posible, asegura su presidenta Mari Rico, gracias al apoyo de Esther Méndez, alcaldesa de barrio de Cadavedo, que ha trabajado para la cesión de este edificio de titularidad municipal. "Debemos valorar lo que tenemos en Cadavedo. La figura del Padre Galo es digna de reconocer", apunta Méndez.

Aunque la actividad ya ha comenzado, con algunos talleres, aún le queda trabajo por delante a la recién constituida Junta por la recuperación de la casa natal del Padre Galo, cuya representante es Paula Fernández. "Nuestra pretensión es completar todas las estancias y darles contenido. Esta casa es todo un símbolo para nosotros. Poco a poco, a través de ayudas, iremos ofreciendo más a los visitantes, que siempre se interesan por la figura del Padre Galo", señala Fernández.

De esta forma, se irán añadiendo elementos a la vivienda, donde se habilitará un recorrido por todas las estancias. En la cocina se hablará de la gastronomía local, basada en tres productos: la rapa, la boroña y la alfilada, que Fernán Coronas, el Padre Galo, introdujo desde la ciudad italiana de Turín. "En la cuadra instalaremos una serie de imágenes a fin de contar la historia y los atractivos de Cadavedo: su arquitectura, su paisaje, la Regalina", afirma Paula Fernández, que cuenta cómo en la planta superior se mantendrá una sala de conferencias y una pequeña biblioteca con publicaciones en asturiano.

La joya del centro será la estancia del propio poeta, donde se conservan objetos de su propiedad como su tumbona o el salterio que hacía sonar. Se recrea una habitación de la época con antiguos muebles y una vieja máquina de escribir. "Era su dormitorio, lugar de descanso, trabajo y cuarto de estar. Aquí se contará su biografía, muy interesante", apunta Fernández.

El fin último es asentar definitivamente este equipamiento, "darle continuidad" y honrar así la memoria de este ilustre vecino.

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