Los vinos que se producen en Ibias se caracterizan por ser suaves, aromáticos y de sabor afrutado. Al menos así los describieron ayer las decenas de personas que se animaron a acercarse a la VIII Fiesta del Vino a catar los caldos de 23 productores caseros que presentaron su nueva añada.

Todos destacaron la buena cosecha de uva recogida en la última vendimia gracias al buen tiempo del que se disfrutó durante el verano. Sin embargo, a pesar de la cantidad y la calidad del fruto, algunos viticultores no están totalmente satisfechos con el resultado final.

"Tengo un vino aceptable, pero sin llegar a ser el mejor de los últimos años", apuntó Alfredo Rico, de Caldevilla. La misma sensación tiene Carlos Méndez, de Villarcebollín, que asegura que el caldo que elaboró el año pasado superaba el sabor del presentado en esta edición.

En Ibias hay una treintena de viñedos repartidos en otras tantas hectáreas, la mayoría destinadas al consumo particular, y una parte importante a la venta entre las bodegas que elaboran vino bajo la protección de la Denominación de Origen Protegida Vino de Cangas. Precisamente, la demanda de más producción por parte de las bodegas ha hecho que en los últimos años se haya incrementado el cultivo. Gonzalo Díaz, de Villajane, es uno de los ejemplos.

Hace cuatro años recuperó la tradición familiar de trabajar el viñedo y ha vendido buena parte de su cosecha a una bodega. "La demanda de uva está creciendo, sobre todo de albarín blanco". Víctor Méndez también recuperó un terreno donde su familia cultivó la vid hasta los años 80 y vende su producción. Considera que el mundo vitivinícola tiene futuro en Ibias y asegura que "la venta de albarín blanco está asegurada y es una forma de obtener una renta extra en casa".

Aunque parece que la tradición de la viticultura está en auge en Ibias, todavía queda mucho por hacer para recuperar las 100 hectáreas de plantación de vid que Julio Antonio Fernández Lamuño describió en uno de sus estudios sobre el campo del concejo a mediados del siglo pasado. Para ello, los actuales productores echan en falta más implicación de las nuevas generaciones y encuentran como principal handicap el minifundismo.

"El futuro del viñedo en Ibias pasa por darle una solución al minifundio, la mayor zona de producción de uva tiene problemas de accesos y de servidumbres de paso", explicó José Pérez. Entre los proyectos de futuro se encuentra la idea de la familia Ron, a la que pertenece el exalcalde José Ron, de apostar por la creación de su propia bodega después haber puesto en marcha dos viñedos.