Javier Mencía, de quinto de Primaria, es consciente de que en sus quehaceres diarios contamina, "encendiendo la luz para leer, yendo en coche al colegio o jugando con las maquinitas". Pero también sabe que "al plantar árboles se crea el oxígeno, que sube para la atmósfera". Ayer Javier, así como el resto de alumnos del colegio Carlos Bousoño de Boal, mejoraron un poco la calidad del aire de la atmósfera al plantar diez castaños en el área recreativa de Llaviada. La iniciativa partió de la Fundación Princesa de Asturias, que busca con ella sensibilizar en la creación de bosques con especies simbólicas para la región, como el castaño.

Boal ha sido una de las localidades elegidas para el proyecto por haber logrado el galardón al "Pueblo Ejemplar" en 2014. Uno de los edificios de mayor protagonismo en aquella entrega fue el de las escuelas graduadas, donde ayer comenzó la visita de Teresa Sanjurjo, directora de la Fundación Princesa de Asturias. Allí explicó a los escolares cómo la institución ha trabajado para reducir su "huella de carbono", y cómo compensa lo que contamina mediante la plantación de árboles.

"La Fundación Princesa de Asturias lleva varios años obteniendo el sello Evento CeroCO2 para los actos de la semana de los Premios. Esto significa que medimos nuestras emisiones contaminantes y las compensamos. Es un mecanismo internacional oficial, mediante el que plantamos árboles para compensar estas emisiones", señala Sanjurjo.

La directora considera que, además, "es muy importante llevar a cabo acciones de sensibilización medioambiental" en las que "todos debemos estar comprometidos como sociedad". Es por ello que se han decidido a trabajar con la población escolar asturiana, "comenzando por los 'pueblos ejemplares'".

Ángel Prieto, perito medioambiental y colaborador de la Fundación, explica que "todos los agentes de la sociedad estamos implicados en la forestación, a la vez que también estamos implicados en la contaminación. Cada vez que nos levantamos, contaminamos. Y para recuperar el medio ambiente somos necesarios y fundamentales todos: las entidades sociales, como la Fundación Princesa de Asturias, los ayuntamientos, los colegios y toda la sociedad".

Esa implicación se demostró, posteriormente, en el área recreativa de Llaviada. Todos, desde los escolares hasta los padres, incluyendo al Alcalde, José Antonio Barrientos, y a Teresa Sanjurjo, plantaron los castaños llamados a mejorar el aire de la atmósfera. Además, la Fundación Princesa de Asturias repartió sesenta ejemplares más entre los alumnos para llenar a Boal de vida.