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MERCEDES PÉREZ RODRÍGUEZ | Cirujana maxilofacial, natural de Cangas del Narcea

"Ante la cara destrozada de un minero asumí lo que es la responsabilidad de un cirujano"

"Empecé como médica en Cangas del Narcea, Ibias y Tineo, me sentí muy apreciada; con 24 años yo era 'doña Mercedes', nunca volvieron a llamarme así"

Mercedes Pérez en Oviedo. CRISTIAN VÁZQUEZ

Mercedes Pérez Rodríguez, cirujana maxilofacial y estomatóloga, nació en Rengos (Cangas del Narcea), en una de esas casas de pueblo que son de todo un poco: casa de labranza, bar-tienda, fonda... Es la mayor de los tres hijos de una familia en la que aprendió lo que es trabajar duro. "Eso es un patrimonio que me ha servido toda la vida", subraya. Desde 1992 es la responsable del servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Centro Médico de Asturias y, desde hace cuatro años, la directora del Hospital Dental de Asturias (HDEA) en el mismo Centro Médico. Casada con un médico, es madre de un chico que estudia Medicina y de una chica que estudia ADE.

-Suele contar que, al inicio de su carrera, trabajó en Cangas del Narcea, Ibias y Tineo.

-Guardo un recuerdo buenísimo. Me sentí muy apreciada, muy valorada, muy querida. En aquellos tiempos, con 24 años, yo era "doña Mercedes". Nunca volvieron a llamarme así. En esas circunstancias te enfrentas a la medicina de verdad, tienes que tomar decisiones, dispones de pocos medios. Valoras la medicina desde una perspectiva diferente.

-Después, dos especialidades médicas. ¿Para qué tantas?

-Cuando terminé Medicina en Oviedo, éramos 27.000 aspirantes para 1.000 plazas de MIR. Me parecía imposible. Antes del examen MIR estaba programado el de Estomatología, una especialidad que me horrorizaba. Pero en casa me animaron y quise, digamos, medir mis fuerzas. Había 25 plazas y aprobé con el número 3. La estomatología me permitió descubrir la cirugía maxilofacial, hasta entonces poco conocida para mí. Y después hice el MIR y aprobé también, con el 303.

-¿Y qué sucedió después?

-Hice la especialidad de cirugía maxilofacial en el Hospital Marqués de Valdecilla de Santander. Al finalizar, leí la tesis doctoral sobre el cáncer de lengua. En paralelo, con esfuerzo y organizando las rotaciones, pude completar las dos especialidades. Completé mi formación con estancias en varios centros de Europa y Estados Unidos.

-¿Tienen los cirujanos maxilofaciales algo de cirujanos plásticos o estéticos?

-Claro, todos los procedimientos que se realizan en cualquier parte del cuerpo tienen que ser lo más estéticos posible, pero tiene mayor trascendencia cuando estamos trabajando en la cara.

-¿Cómo repercute el avance de las técnicas diagnósticas?

-Nos permiten tener una visión tridimensional de los problemas, un avance de gran ayuda en todos los ámbitos, como la cirugía oncológica, y fundamental en la corrección de defectos óseos, como deformidades faciales, traumatología facial o colocación de implantes dentales. Se han podido refinar las técnicas quirúrgicas con abordajes menos invasivos, aplicando técnicas reconstructivas con implantes, placas de osteosíntesis, colgajos libres... Así mejoran los resultados y se minimizan las secuelas.

-¿Aumenta la demanda asistencial?

-En general, aumenta la demanda, sobre todo en rehabilitación dental. Sin embargo, disminuyen de forma llamativa los casos de traumatología facial, debido a las medidas de seguridad como el casco, el airbag, los protectores faciales en el deporte y, en el caso de Asturias, la reducción de los accidentes laborales.

-¿Cuál es el caso más complejo al que ha afrontado?

-Quizás el primer gran traumatismo facial que me llegó en mis comienzos en el Centro Médico. Era un accidente de la mina, con un gran destrozo de la cara, y yo me veía sola y responsable de una operación muy difícil. En ese momento asumí lo que es la responsabilidad de un cirujano.

-¿Cómo quedó esa cara?

-Perfecta.

-¿Principales cualidades de un cirujano?

-Es una actividad exigente física y mentalmente. Es necesario ser resolutivo, tomar decisiones y actuar rápido; pero, a la vez, ser reflexivo y mesurado.

-¿Cuáles son los principales progresos y desafíos de las reconstrucciones faciales?

-Los progresos derivan del mejor conocimiento de los defectos, gracias, sobre todo, a las técnicas de imagen. El principal desafío es que la reconstrucción sea lo más anatómica, estética y funcional posible. Serán de utilidad las técnicas de impresión en 3D.

-¿Cuál es el tejido o la zona de la cara más difícil desde el punto de vista quirúrgico?

-Yo diría que en la cara no hay nada fácil. Los labios, las órbitas, la mandíbula, la nariz... Cada parte tiene sus peculiaridades, y es fundamental lograr una simetría.

-¿Cómo ve el ensamble entre sanidad pública y privada?

-Nunca había pensado dedicarme a la sanidad privada, pero la vida me llevó por ahí. Luego tuve la oportunidad de ir a la pública, pero la rechacé. Trabajo con medios y en un centro sanitario solvente. No veo ninguna incompatibilidad entre una y otra.

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