El cronista oficial de Vegadeo, el filólogo Luis Casteleiro, conquistó ayer a los escolares de Primaria del colegio Jovellanos con una particular adaptación de la historia local en la que se colaron, de refilón y para captar la atención de los niños, el televisivo Bob Esponja o los escudos de los dos clubes de fútbol con más tirón del panorama patrio. Su exposición cumplió a la perfección con el objetivo principal marcado que era acercar la historia local a los escolares del concejo, quehacer que Casteleiro considera "fundamental": "Seguramente si puedes contar la historia de tu pueblo, puedes acercarte mejor a la historia del mundo".

Los pequeños mantuvieron la atención durante todo el relato de Casteleiro, que puso en escena una exposición ágil y perfectamente adaptada a la edad de su público. Los pequeños por su parte demostraron haber hecho bien los deberes y, tras escuchar al cronista, no pararon de hacer preguntas de todo tipo sobre la rica historia local. Hasta quisieron saber cuál fue el primer avión que sobrevoló Vegadeo o a quién perteneció el primer vehículo que hubo en el municipio.

El filólogo se apoyó en un particular rosco de letras de las que salieron palabras clave con las que fue desentrañando los misterios de la historia veigueña. Empezó Casteleiro por la h de "habitantes" y descubrió a los niños que antes que los dinosaurios en su tierra hubo unos artrópodos llamados trilobites. "Dos de los más grandes se recogieron aquí", precisó. Les contó también que los primeros humanos que se vieron por la zona fueron Los Albiones y a ellos les siguieron los romanos, que han dejado algunas huellas como el puente de Piantón.

Casteleiro aprovechó para explicarles que hasta hace cien años el concejo se llamaba Vega de Ribadeo y que se cambió el nombre, entre otras consideraciones, para evitar confusiones con el vecino concejo de Ribadeo. El cambio de nombre, añadió el cronista a preguntas de este periódico, fue importante para que Vegadeo "tuviese una mayor identidad, no solo dentro de la región, sino del país".

No faltó en el repaso la "r" de "riadas", que, según Casteleiro, son "una de las cosas que más se repiten en la historia y que menos nos gustan". Explicó el veigueño que estos fenómenos se deben a que la villa veigueña ganó terreno a los dos ríos que la atraviesan y éstos, en ocasiones, quieren recuperar su sitio original. Las crecidas de los ríos provocaron algunas catástrofes como la ruina de la primera casa de cultura local.

Casteleiro también narró el origen de la Feria de Muestras local y descubrió las curiosidades que esconden muchas de las calles de la localidad. "Todos los nombres tienen un significado, aunque a veces nos olvidemos", incidió el cronista, al tiempo que animó a los pequeños a preguntarse y a tratar de averiguar por qué se llaman de una determinada manera las calles en las que viven.

Los 180 años de historia de Vegadeo dan para mucho, pero Casteleiro confía en que estas pinceladas sirvan a los pequeños para "detenerse más y valorar el patrimonio que les rodea y la historia que tienen".