"Uno tiene la capacidad y la posibilidad de cambiar su vida en cualquier momento, que no os engañen, da igual la edad", dijo ayer el destacado ilustrador madrileño Emilio Urberuaga a los estudiantes de primero de ESO del instituto veigueño Elisa y Luis Villamil. De hecho, puso de ejemplo su propia trayectoria vital pues, tras haber desempeñado diversos oficios, se topó con la ilustración "por puro azar" y hoy es uno de los ilustradores más reconocidos del país.

Urberuaga, confesó sentirse un "privilegiado" por poder vivir de algo que le hace feliz y por eso animó a los jóvenes a elegir su futuro profesional pensando en lo que de verdad les gusta: "Elegid algo que os guste, sea pastelero, barrendero o ingeniero, pero que os apasione de verdad. Que no sea el dinero lo primordial para elegir, sino algo en lo que os lo paséis bien, porque la vida es muy corta". El ilustrador respondió a las decenas de preguntas que le tenían preparadas los estudiantes. No faltaron alusiones al personaje Manolito Gafotas, una creación de la escritora Elvira Lindo a la que Urberuaga dio forma. "Ha sido una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida, no solo porque conocí a una gran autora sino a una gran amiga, que ya es como de la familia", añadió el madrileño, al tiempo que destacó la grandeza de este personaje que cautiva a lectores de todas las edades. "Me he reído con Manolito como con ningún otro personaje", añadió.

Una buena ilustración, explicó Urberuaga, es aquella que tiene el don de la claridad. "Debe de ser clara y en consonancia con el texto", precisó.

Además, contó a los jóvenes que le sigue gustando "mancharse las manos" en su trabajo y por eso rehuye de las nuevas tecnologías. De hecho, confesó que no tiene móvil porque no le resulta necesario.

También explicó que lo más difícil de su quehacer es saber lo que va a hacer, ya que en la ejecución es "bastante rápido".

Urberuaga fue el último invitado del Foro Comunicación y Escuela del curso escolar 2015-2016. La programación continúa el 7 de julio con una charla de Ramón Sánchez Ocaña que está dirigida a toda la comunidad y que se desarrollará en el monasterio de Villanueva de Oscos.