Aprender a ser autónomos y divertirse al máximo son los pilares sobre los que se asentó el campamento para niños diabéticos que organizó la asociación de del Principado de Asturias (ASDIPAS) en Belmonte de Miranda y que hoy mismo finaliza. Un total de 41 niños de la región y otros puntos de España han convivido en la escuela hogar aprendiendo a gestionar su enfermedad con el asesoramiento de un nutrido y experto equipo sanitario formado por médicos, enfermeros y monitores.
Los objetivos de la colonia se cumplen. "Nos enseñan a controlar los niveles de insulina, nos asesoraran sobre alimentación y bueno, hacemos muchas cosas como visitas a museos o rastreos de pistas", señaló Andrea Carballo. Otro de los puntos fuertes del campamento es ofrecer la oportunidad de que se relacionen entre ellos y pongan en común aspectos sobre la enfermedad o el tratamiento, señala Paco Labajos, presidente del colectivo. "En su entorno normalmente no se relacionan con otros niños diabéticos y estar aquí les permite compartir y darse cuenta de que no son los únicos con la enfermedad", añade.
Algunos de los participantes ya son veteranos en el campamento, como Andrea Hernández, de Canarias. La joven tiene una diabetes de tipo 1, la patología más común, y lleva consigo una bomba de insulina que le evita tener que realizar los análisis y pincharse porque la máquina lo hace automáticamente. Aunque al compartir con sus compañeros las ventajas y debilidades del tratamiento les da mucha información y Paula Pidal lo tiene claro, no quiere la bomba. "Luego te vigilan y saben todo lo que comiste y lo que hiciste porque queda todo registrado", señaló.
Control de la diabetes y conejos saludables forman la parte más teórica del campamento, que se reforzó con múltiples actividades lúdicas que han conseguido que los niños se vayan encantados de Belmonte.
