Román Fernández cuenta que "hace muchos años, una orquesta estaba en el parque Campoamor, y otra en los Jardinillos". Aún de niño, iba a ver películas en el cine al aire libre que se preparaba en el centro de Navia, y de joven, a disfrutar en la Jira. "Me acuerdo de cuando llegaron los coches de choque, le pedía fichas a mi tío", apunta el hostelero. También evoca todas las actividades que surgieron en torno a las fiestas naviegas.
Las fiestas de María Eugenia F. Doval están, desde hace décadas, protagonizadas por canastillos, hojaldres y venera. La confitera naviega señala que los momentos que puede disfrutar de estos festejos patronales son dos: la procesión de la Virgen de la Barca, por la ofrenda del pan que realiza su familia, y los fuegos artificiales. "Son fechas para que los naviegos disfruten de su gente, y para que los visitantes conozcan nuestra preciosa villa", asegura.
Para Julio González, las fiestas de Navia han sido siempre días para estar en familia. "Los mejores recuerdos de las fiestas son los mismos que vivo en el presente: las comidas y cenas familiares, la mirada encendida de unos padres viendo a sus hijos reunidos a lo largo de los años.", asegura. También destaca, aunque con cierta tristeza, el cambio que ha sufrido la Jira: "Se ha perdido el sentimiento sencillo de la comida de familia".
