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La gran familia de plata de Tapia

Las trabajadoras de la cooperativa "El Orrio", medalla de Asturias, recorren varios kilómetros al día para cuidar a los mayores: "Hay mucha confianza entre todos"

La gran familia de plata de Tapia

La tapiega Belén Fernández recorre cada día 40 kilómetros para llevar ayuda, cariño y compañía a los cinco domicilios que atiende por todo el concejo de Tapia. Es una de las 21 trabajadoras que integran la cooperativa asistencial "El Orrio", que mañana, coincidiendo con su 25.º aniversario, recogerá en Oviedo la medalla de plata del Principado.

Fernández empieza su jornada a las ocho de la mañana en el barrio tapiego de San Blas, después emprende su ruta hacia Villargomil, Riocabo y La Barrosa, para terminar de nuevo en Tapia. Lleva diecinueve años en "El Orrio" y se confiesa feliz con un trabajo para el que "no vale todo el mundo". Las personas mayores, dice, reclaman cariño y compañía y es necesario tener paciencia, capacidad para escuchar y don de gentes para afrontar el día a día de una auxiliar. En su faena cotidiana se enfrentan a las más variadas tareas, desde facilitar el aseo diario a ayudar con la comida o la limpieza. "Al principio lo que más me costaba era lo de hacer la comida", confiesa Fernández, que explica que se establece una relación muy estrecha y especial con los usuarios. "Son como de la familia, hay mucha confianza", añade, de ahí que las pérdidas sean especialmente dolorosas. "Es lo más duro".

Para entender la relación estrecha que se genera entre auxiliar y usuario hay que explicar que el servicio suele prolongarse por espacio de años, en los que visita a diario cada casa. Trabaja de lunes a viernes y cada día pasa una hora en cada uno de los cinco domicilios que atiende. El tiempo está pautado pero está "a gusto" y por eso se le pasa volando, como a ellos, que nunca quieren que se marche.

Belén Fernández, que es auxiliar de enfermería y técnico en atención sociosanitaria, se acuerda de cuando empezó en esto, con 19 años y aún sin carnet de coche. Realizaba su ruta diaria en moto y, aunque ahora viaja más cómodamente en su vehículo, dice que los desplazamientos son la peor parte del oficio, ya que con lo que más disfruta es con la atención a los usuarios. Ellos también están encantados con su ayuda, como explica Marina Fernández, vecina de La Barrosa, de 79 años, que espera cada mañana a las doce del mediodía la visita de la tapiega. "Te da ánimo que vengan a verte, además saben portarse con los viejos", precisa la mujer, que lleva alrededor de dos años recibiendo los cuidados de Belén.

Diecisiete de las trabajadoras de la cooperativa se ocupan de la ayuda a domicilio de Tapia y también de los servicios ligados a la ley de Dependencia, una ejerce de coordinadora y otras tres empleadas son las que trabajan a diario en el centro rural de apoyo diurno (CRAD) de la villa tapiega. Una de ellas es Isabel Castaño, que lleva dieciocho años en "El Orrio", y se ofreció voluntaria para ocuparse del servicio cuando abrió sus puertas en 2009. "En los domicilios estás sola a la hora de tomar decisiones, aquí en cambio siempre tienes compañeras con las que trabajar", explica para justificar su elección.

Coincide con Belén Fernández en que para trabajar con los mayores hacen falta condiciones especiales: "Tres sacos y medio de paciencia, mucho cariño y aprender a tratarlos de tú a tú, como de la familia. Debe de ser un trato cercano y debemos de tener flexibilidad y paciencia, pues el objetivo final es que lo pasen bien". En el centro hay 33 usuarios y lista de espera para entrar. La labor es también muy variada, pues incluye desde el transporte, a facilitar las actividades de la vida diaria, ayudar en la manutención o desarrollar actividades de entretenimiento. "Llego aquí y es como si fuese mi casa, no me siento extraña para nada", precisa Castaño.

"El Orrio", una cooperativa integrada únicamente por mujeres, afronta su año más especial, cargado de reconocimientos. A su 25º aniversario, hay que añadir la recepción del Premio Mujer, que el Consejo Local de la Mujer de Tapia les entregó el pasado julio. Mañana, se desplazarán a Oviedo para recibir con orgullo y agradecimiento una de las mayores distinciones del Principado: la medalla de plata de Asturias. Enhorabuena.

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