Las comidas de Navidad, como la cena de esta noche o la de Nochevieja, no serían lo mismo sin la presencia de dulces en la mesa. Los postres forman parte de la tradición de estas fechas, aunque su consumo, sobre todo si es en exceso, pueda acarrear problemas para diversos grupos de personas. Entre ellos, los diabéticos. Moderar las cantidades, desterrar las uvas y tomar vino tinto en lugar de blanco son algunas de las claves para disfrutar de las fiestas sin obsesionarse con la enfermedad. "Se puede pasar una buena Navidad sin privarse de nada", asegura José Ramón González, miembro de la Asociación de Diabéticos Principado de Asturias (ASDIPAS), y formado dentro del programa "Paciente Activo" de la región.
El número de afectados por esta enfermedad en el Noroccidente "es muy alto", señala González. Se ha pasado del 7,8 por ciento de la población en enero de 2014, al 9,2 en la actualidad, lo que supone que hay más de 7.300 diagnosticados en el área I. Por lo tanto, es muy probable que en la mesa de cualquier familia se siente una persona diabética.
"No debe ser una obsesión. Se puede comer de todo, pero con moderación", afirma José Ramón González, que añade que existen productos especialmente adaptados para diabéticos, con menos hidratos, y sin azúcares, a la venta en la zona. Si uno se decanta por tomar una copa de vino, mucho mejor que sea tinto, "y de buena calidad". Lo que sí es recomendable evitar, por su alto contenido en fructosa, son las uvas, por lo que se deberá buscar una alternativa para brindar por el nuevo año.
Asevera González que con la diabetes "se puede vivir perfectamente", manteniendo, eso sí, sumo cuidado en la alimentación y siendo activo. "Lo esencial es comer bien, al menos cinco veces al día, y tomando siete piezas de fruta y verdura. También hacer ejercicio. Una hora al día de paseo es suficiente", explica este diabético, que advierte de que el sedentarismo y la obesidad "es la causa principal de que se estén elevando los niveles de diabetes infantil". Perder sensibilidad en los pies, detectar mermas en la vista, o sufrir afecciones en el riñón son algunos de los síntomas de esta enfermedad. "Lo más importante es detectarla; para ello, es indispensable realizar una analítica al año. Si uno es diabético, sólo queda cuidarse", remata.
