"Era una persona muy correcta, muy humilde y a la que le gustaba muchísimo disfrutar de la naturaleza". Así describen quienes compartieron horas y horas de caza y pesca con Marcos Parrondo a este valdesano, afincado en Gijón, que falleció este pasado fin de semana mientras participaba en una cacería, a causa de un ataque al corazón.

A sus setenta años, Parrondo había dedicado toda su vida al volante, al ejercer durante décadas como conductor de la empresa Alsa. En el entorno de Trevías, de donde era natural, deja "un gran vacío", apuntan los vecinos, por su carácter amable y generoso. Un carácter que lo convirtió en uno de los amigos íntimos de Francisco Álvarez-Cascos, con el que compartía la pasión por la pesca y al que acompañaba la mayoría de las veces en calidad de chófer oficioso.

Marcos Parrondo, conocido amistosamente como "Toto", acababa de abatir un jabalí cuando se produjo el fatal episodio. "Estaba el jabalí cerrado en un sitio pequeño, y estábamos todos viéndolo. El animal salió por su zona, él le disparó y lo mató. Bajó a verlo al sitio en el que había quedado y cuando subió de nuevo a la carretera se empezó a encontrar mal, y no se pudo hacer nada", explica uno de los compañeros de la cuadrilla de Paredes con la que solía irse de caza.

"Era un paisano al que todos queríamos en la cuadrilla. Era muy buen paisano, nada problemático, y al que le apasionaba la caza. Ha sido un mazazo terrible para todos", añade este amigo de "Toto", que por encima de todo da cuenta de su "humildad".

También tiene buenas palabras para este valdesano el presidente de la Sociedad de Pescadores "La Socala" del Esva, de la que Parrondo era socio y colaborador. Gil Rico recuerda de Parrondo su "buen carácter", lo que lo llevó a convertirse en un "muy buen amigo", siempre sonriente en las largas jornadas de pesca. Relata Rico que su amor por la pesca le vino "desde crío, cuando aprendió a pescar con los más veteranos", y poco a poco se introdujo en un mundo del que disfrutó el resto de su vida. "Vivió siempre pegado al río, le gustaba mucho. Su familia estuvo en Cortina y Villanueva antes de irse a Gijón. La noticia de su muerte ha dejado a todo el pueblo de Trevías y a todos los que lo conocíamos de piedra. Nadie se lo podía esperar", remarca Rico.

El funeral por Marcos Parrondo, casado y con tres hijos, tuvo lugar ayer, a mediodía, en la capilla del tanatorio de Cabueñes, en Gijón. Allí fue despedido por sus familiares, amigos, vecinos y compañeros de aficiones.