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Villatresmil, cuna de políticos

La localidad, con un bar-tienda y siete ganaderías, presume de Santiago Fernández Negrete, ministro en el siglo XIX

Fernando Cañón con Tina Parrondo en su cuadra. D. Á.

En la plaza de la iglesia de Villatresmil se puede ver una placa dedicada a uno de los vecinos más ilustres del pueblo, Santiago Fernández Negrete (1799-1875), que fue ministro de Fomento en 1851 y de Gracia y Justicia entre 1859 y 1863, con el gobierno de Leopoldo O´Donell. Pero no es el único político que salió del pueblo tinetense. A nivel regional, como consejero de Educación, Cultura y Deporte entre los años 1983 y 1990 estuvo Manuel Fernández de la Cera, también vecino de Villatresmil. Y el primer alcalde de la democracia en Tineo también era de Villatresmil: Valentín Fernández Díez, que estuvo en la alcaldía de 1979 a 1987.

No obstante, el pueblo fue y es sobre todo ganadero, aunque años atrás también contó con peluquería, talleres de carpintería y mecánicos, zapatería, fragua, dos bares y cine. De todo ello queda en la actualidad siete ganaderías y Casa Enrique, un bar-tienda con 60 años de historia que para los vecinos "es todo un lujo para comprar y para juntarnos de vez en cuando a jugar a las cartas".

Entre los ganaderos no hay muchas perspectivas de continuidad, ninguno cuenta con relevo generacional e incluso no lo ven una opción de futuro. "No animaría a los jóvenes a quedarse aquí tal y como está la cosa, las ayudas son un engaño y aquí el terreno no favorece, a pesar de que tenemos concentración parcelaria. Pero lo peor es no tener ni un día libre, ya que el plan de sustituciones no funciona, se necesita pedir con mucha antelación", lamenta Tina Parrondo.

Si de algo se siente orgulloso el pueblo de Villatresmil es de su imponente iglesia. En honor a San Esteban y al Cristo de la Paciencia, el pueblo organiza dos fiestas en diciembre y septiembre respectivamente, que han logrado mantenerse en el tiempo. Al lado del edificio se encuentra la bolera, lugar de reunión de los vecinos hace años y que ahora utilizan algunos jóvenes para practicar el juego de bolos. Muy cerca también están las escuelas ya cerradas, para las que los habitantes de Villatresmil reclaman un uso social, con talleres y actividades semanales, pensando en los mayores del pueblo.

Otro tesoro escondido de la localidad es el resto de un castro en la zona conocida como Piqueiro, que aún está por descubrir.

Villatresmil, con unos 60 habitantes en la actualidad, perdió mucha población desde el año 1960, cuando había 215 personas en la localidad repartidas en unas 80 casas.

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