"Me veía en condiciones de conducir", defendió ayer ante el juez A. V. A., el joven de 21 años natural de Castropol acusado de cuatro delitos en relación a la muerte en accidente de tráfico del vecino de La Linera (Barres, Castropol) Juan García González, de 82 años, ocurrida sobre las ocho de la mañana del 7 de diciembre de 2014. El difunto había salido de su casa en ciclomotor para ir a comprar pan y en el kilómetro 1 de la carretera AS-31 (Figueras - La Roda) colisionó contra el coche que conducía A. V. A., quien regresaba a su casa tras una noche de copas en Ribadeo. El impacto fue mortal. El joven conductor del coche, que entonces tenía 19 años, abandonó el escenario del accidente "presa del pánico" -al menos eso declaró ayer- y no llamó siquiera a los servicios de emergencia; sí contactó con dos amigos -los hermanos C. S. G. y M. S. G.-, que supuestamente le ayudaron a alejar el coche dañado por el accidente de la carretera y a los que se acusa tanto de omisión del deber de socorro como de encubrimiento. Para el acusado principal, que quedó probado que iba ebrio (0,40 miligramos de alcohol por litro de aire espirado) y bajo los efectos de sustancias estupefacientes en el momento del accidente, la acusación particular pide una pena total de nueve años y seis meses de cárcel. Su abogado solicita la libre absolución en atención al hecho de que la muerte del motorista no es achacable a A. V. A.

La acusación particular y la fiscalía se apoyaron en pruebas periciales, en el testimonio de testigos y en la propia declaración del acusado A. V. A. para reconstruir los hechos del siguiente modo: el joven tapiego había pasado la noche bebiendo -cervezas y copas de ron Brugal-, el día anterior había fumado porros de marihuana y en su organismo se hallaron restos de sustancias estupefacientes (que el interesado declaró no ser consciente de haber tomado); tras la fiesta, A. V. A. se dispuso a regresar a casa a bordo del coche de su madre (un Peugeot azul) y ya en la carretera AS-31 colisionó contra el ciclomotor que conducía correctamente Juan García González, lo arrastró varios metros y luego huyó.

"Yo no soy consciente de haber invadido el carril contrario", declaró ante el juez el acusado. Y ahí estuvo el meollo del juicio: en tratar de discernir si fue el automovilista el que invadió el carril por donde venía la moto que conducía Juan García González o si por el contrario la colisión tuvo lugar en el centro de la calzada. El informe de la Guardia Civil de Tráfico es contundente: el coche invadió el carril contrario en al menos un tercio de su anchura y se llevó al motorista por delante. No así un informe que presentó la defensa de A. V. A. y que a partir de los datos que recabaron los agentes de atestados llega a una conclusión diferente: la colisión se produjo en el centro de la calzada, no dentro del carril por donde circulaba la moto.

A. V. A. está acusado de conducir bajo los efectos del alcohol, de conducción temeraria, de homicidio imprudente y de omisión del deber de socorro. Ayer quedó constancia de su arrepentimiento y de que ha pedido perdón a la familia del difunto.