La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un "hotel" para insectos en Somiedo

Los alumnos del colegio Flórez Estrada y los técnicos del parque natural montan un "albergue" para los artrópodos: "No podríamos vivir sin ellos"

Marcos López, Irene Lorences, Adán Lorences, David Álvarez, Daniel Feito, Jorge Álvarez, Daniel Fernández y Andrea Martínez en la actividad. S A.

En Somiedo los insectos no están desahuciados. Y si algún artrópodo no encuentra sitio donde guarecerse ya se encargan los alumnos del colegio público Álvaro Flórez Estrada de que lo tenga. Ayer construyeron en el patio del centro un hotel para insectos en colaboración con los técnicos del parque natural de Somiedo para celebrar el Día Europeo de los Parques y, ahora, los niños ya están ansiosos por ver la familia crecer.

Pero lo primero que hicieron fue recibir algunos conocimientos científicos sobre los insectos, que los técnicos realizaron mediante juegos que captaron la atención de los pequeños como Pablo Fernández, de 5 años, quien estaba alucinando con la alimentación "de algunos bichos que se comen la caca". Y es que no perdieron detalle. Irene Lorences explicó que aprendieron a distinguir vertebrados de invertebrados pero que, a la hora de hacer el juego, fallaron en uno. "Resulta que las serpientes sí tienen huesos", comentó sorprendida. Mediante dibujos y otros materiales didácticos, técnicos y maestros fueron dando información a los alumnos, que disfrutaron de una jornada distinta de aprendizaje.

"Me gusta mucho porque es distinto a clase y más entretenido", señaló Noelia Lorences. Una de las cosas que más les gustó aprender fue que en Somiedo no tienen plagas por la gran diversidad de insectos que hay en el municipio, que mantiene un ecosistema estable.

Y también supieron de primera mano lo importantes que son para el correcto funcionamiento de la naturaleza. "Son importantísimos porque no podríamos vivir sin ellos", dijo Sergio Calzón a lo que Álex Fernández agregó: "Es porque deshacen los deshechos y también porque hacen que haya más plantas, se comen el néctar y lo devuelven".

Con la lección bien aprendida se fueron al patio para iniciar la instalación del hotel de insectos, que ubicaron junto al huerto ecológico que mantienen en el centro educativo.

Por ello, esperan que sus verduras y hortalizas crezcan con más fuerza y aún más nutritivas con el apoyo de los artrópodos. Una pequeña casita de madera con varias estancias para que puedan guarecerse en el colegio e, incluso, hacer crecer la familia.

La sesión lúdica de ayer dejó el gusanillo científico en algunos de los alumnos como al pequeño Pablo Fernández, quien no duda de amar a los insectos porque "son muy guapos, me encantan".

Compartir el artículo

stats