Un desastre. Así aseguran los presentes que fue la salida de los vehículos estacionados en los aparcamientos de Cangas de Narcea tras la celebración de la Descarga. Cada año, los visitantes deben tener paciencia para abandonar la localidad suroccidental, que se llena con miles de personas dispuestas a disfrutar de la tirada de la pólvora, pero lo de este año, aseguran, fue un caos en toda regla. "Ya sabes que hay atascos cuando vienes a esta fiesta, pero tener a todo el mundo en los parkings sin poder moverse durante más de dos horas no es normal", comenta Ángela Arboleya, una de las afectadas.

Lo que ocurrió en los aparcamientos de Cangas del Narcea es lo que se conoce comúnmente como un tapón. Tras la suelta de los voladores, los visitantes acudieron a recoger sus coches y se formó una buena caravana, que mantuvo a muchos asturianos y turistas entre dos y tres horas dentro de los vehículos, sin moverse ni poder salir del turismo. "Hicimos tiempo para ir hasta el coche porque aunque ya no había mucha gente ya sabes que se quiere ir todo el mundo, pero allí estuvimos metidos sin poder salir del coche porque en los accesos a los praos solo cabe un coche y estaban todos uno detrás de otro en hilera; no ibas ni para atrás ni para adelante", recuerda la joven de Pola de Siero.

El grupo se mantuvo en el interior del vehículo y a la hora y media, alertados por la tardanza, llamaron a la Policía Local canguesa que, según apunta Arboleya, les dijeron que tuvieran paciencia. "Nos dijo: 'es lo que hay', pero llevábamos teniendo paciencia desde hacía hora y media y ya pensamos que había un accidente o algo y se había cortado la carretera, porque nunca nos había pasado eso en la Descarga aunque siempre se tarda en salir del pueblo".

Todo se arregló a las dos horas y media cuando un grupo de señoras afectadas por el tapón decidió tomar las riendas del atasco. Se bajaron del vehículo y, ni cortas ni perezosas, comenzaron a dirigir el tráfico y dar salida a los coches que esperaban en caravana en los estacionamientos y carreteras de acceso. Comenzaron dando paso a los coches que se encontraban en los aparcamientos más cercanos a la carretera general para aligerar el tráfico. Así fue cómo los coches fueron saliendo, poco a poco, de los parkings cangueses. "Menos mal que fueron unas mujeres las que se pusieron a regular el tráfico, si no no hubiéramos salido de allí en más horas", comenta Arboleya.

Los jóvenes llegaron a Pola de Siero más tarde de lo planeado y con cierta sensación de desorganización. Y es que son fijos de la Descarga canguesa y nunca antes habían tardado tanto en salir de la localidad. También les extrañó que no hubiese nadie de la asociación que gestionó el pago de las entradas, por valor de 5 euros por vehículo, que depositaron a su llegada.