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Gómez del Collado, vanguardista de pueblo

El arquitecto de Cangas del Narcea José Ramón Puerto destaca la calidad y genialidad de su colega y paisano en su tesis, que opta a cum laude

José Ramón Puerto, con una maqueta de Gómez del Collado.

Un vanguardista de la arquitectura. Así define el arquitecto de Cangas del Narcea José Ramón Puerto a su colega de profesión, José Gómez del Collado (1910-1995), también cangués y fallecido hace dos décadas, en su tesis doctoral calificada de sobresaliente y que opta al Cum Laude en la Universidad de Oviedo, en el departamento de Historia del Arte.

Un trabajo en el que destaca la modernidad de sus construcciones en las que utilizó las fachadas como cuadros vanguardistas, su principal influencia. Son varios los inmuebles de Gómez del Collado en el Suroccidente, como el emblemático puente colgante de Cangas del Narcea.

"Era un vanguardista en el pueblo frente a las vanguardias pictóricas que siempre se desarrollaron en las ciudades, utilizó las fachadas como cuadros, influido por Mondrian o Jean Arp", afirma Puerto, quien dedicó dos años de investigación en su tesis doctoral y para la que contó con todo el trabajo realizado por Gómez del Collado gracias que su familia le abrió las puertas de la casa estudio del arquitecto donde "accedí a toda la información, no tiraba nada y hay desde croquis de centímetros a planos de metros".

Gómez del Collado terminó sus estudios de Arquitectura en Madrid y en 1947 comenzó a trabajar en el servicio de Regiones Devastadas para reconstruir el país tras la Guerra Civil. También diseñó los pabellones temporales para la visita de Eva Perón a España, si bien, "lo dejó, no se sabe muy bien por qué, si por unos problemas de dinero o por elementos masónicos en su obra, hay mucha confusión pero suena a castigo en esa época", sentencia Puerto.

Así fue que en 1953 inició su primero proyecto en Cangas del Narcea inaugurando dos décadas de intenso trabajo en el Occidente de Asturias. "En la primera década tiene una clara influencia de las vanguardias con especial influencia de Ben Nicholson en su etapa en Estados Unidos".

Pero la época dorada del arquitecto cangués due de 1963 a 1973: "Es su época de madurez y las de mejores obras como el puente colgante, el barrio Fueyo, su casa estudio y las torres de Navia y Tineo". Son edificaciones de estructuras voladizas de más de tres metros y de contraste entre materiales como cristales muy pulidos con morteros rugosos.

En esa época comienza a interesarse por los materiales industriales que marcarán su siguiente período, también influido por el mundo del automóvil.

En la década de los sesenta desarrolló el sistema Panal, con el que proyectó más de mil viviendas en Pinto (Madrid) que no se llegaron a construir. Pero sí en Asturias, donde creó varios bloques de viviendas en Navia y Cangas que fueron muy contestados por los vecinos de la época.

"Le decían que acababa con el pueblo porque estaban acostumbrados a pequeños volúmenes de piedra con balcones y galerías y él hace cubiertas planas con paneles de colores".

Una manera de construir que se denominó "Arquitectura sin fachada" porque retrasaba la fachada unos metros con una amplia terraza y cerrado con láminas de vidrio. Unas edificaciones "muy ligeras" que siempre llamaron la atención de Puerto, desde que era un niño. "Siempre me pareció atractivo pero fue cuando estudié cuando valoré el interés y calidad de sus obras", asegura.

"Corbata de color a un traje oscuro"

Para Gómez del Collado esta forma de construir era como ponerle "una corbata de color a un traje oscuro", resume el doctor en Arquitectura. Unas coloridas y vanguardistas fachadas en las que siempre dejaba hueco para una jardinera de flores.

Gómez del Collado demostró con sus singulares obras hace cuarenta años que es posible construir una vivienda con pocas piezas, un avance que supuso proyectos más económicos y rápidos en su ejecución.

Puerto, fascinado con el trabajo de Gómez del Collado, ha leído su tesis doctoral y espera que sirva para rescatar la importancia del arquitecto cangués, que dejó innumerables proyectos arquitectónicos en su estudio como un cine y una iglesia con un sistema de cables en catenaria similar al puente colgante de Cangas del Narcea, que es todo un símbolo de la villa.

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