Una vecina del pueblo cangués de Moncó denuncia que lleva desde el mes de agosto sin agua corriente en su casa. A punto de cumplir 70 años, tiene que desplazarse cada día a la fuente del pueblo para cargar garrafas de agua con las que poder dar de beber a los animales que tiene en casa: gallinas, perros, un par de vacas, una oveja y un cordero. Para su consumo, va a la fuente de otro pueblo, Larna, porque no confía en que la de su localidad sea al cien por ciento potable.

Esta situación se lleva repitiendo desde hace varios años. Llegada la época de sequía, el manantial con el que abastece su casa se seca durante varios meses, complicando su día a día en el pueblo. La única solución que encuentra la afectada para poder resolver el problema es conectarse al depósito del agua comunal que aprovecha el agua del manantial Fonte la Fana y Reiduz, del que asegura que ella también formó parte en su constitución. Para poder hacer esta conexión necesita realizar una obra para la que ha pedido licencia en el Ayuntamiento de Cangas del Narcea, que en una primera petición se la denegó.

Según el Ayuntamiento, la obra que pide no es legalizable porque se plantea llevarla a cabo a lo largo de un camino público; en su lugar, le recomiendan volver a realizar la captación en su propio manantial.