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ROSARIO QUINTANA | Ginecóloga y experta en lactancia materna

"Es necesario desterrar la idea de que atender a un bebé es malcriarlo"

"Los profesionales deberíamos cuestionar el modelo biomédico en que hemos sido formados"

Rosario Quintana, en el hospital de Jarrio. A. M. SERRANO

"Que sea la dueña de su embarazo, de su parto y de su crianza". Es lo que le diría la ginecóloga y experta el lactancia materna Rosario Quintana a todas las mujeres gestantes. "Que se formen con el mejor criterio posible", añade. La especialista estuvo en el hospital comarcal de Jarrio para celebrar los actos organizados con motivo de la Semana mundial de la lactancia materna y allí explicó lo mucho que queda por hacer.

- El pediatra Adolfo Gómez dijo en su conferencia que todas las mujeres piensan que hacen algo mal durante la lactancia. Quizás también ocurre durante el parto. ¿Qué opina?

-Sin duda, y eso que en el parto las mujeres pierden todo su protagonismo y se ven relegadas a un papel de receptoras pasivas de las decisiones e intervenciones de los profesionales. Es por eso que si se produce alguna complicación en el parto las familias y la opinión pública generalmente consideran que es responsabilidad de los obstetras o las matronas. Esta es una de las muchas consecuencias negativas para los profesionales de no respetar el protagonismo y la autonomía de las mujeres en sus partos. Pero, volviendo a la lactancia, creo que durante mucho tiempo se ha hecho creer a las mujeres y a la sociedad que son los expertos, los profesionales sanitarios, los que saben lo que debe hacerse y cómo debe hacerse. Esto ha llevado a un desempoderamiento de las mujeres, a una pérdida de seguridad y de confianza en su capacidad de parir, de lactar e incluso de cuidar a sus hijos sin la ayuda y la supervisión continua de profesionales. Y en este contexto, el sentimiento de incapacidad y de culpa campa a sus anchas.

- En el proceso del embarazo, en el parto y en la lactancia, ¿qué estamos haciendo mal y qué estamos haciendo bien?

-Estamos atendiendo mejor los embarazos y partos de riesgo porque hay más conocimiento y podemos proporcionar mejores cuidados. Tenemos que mejorar la atención a los embarazos normales para evitar la consideración de este proceso como una enfermedad y reorientar los cuidados prenatales para ofrecer una atención integral, cuidadosa con las necesidades emocionales de las gestantes. Un contacto tan estrecho y prolongado con el sistema sanitario como el que se produce durante el embarazo tiene que servir para que las mujeres conozcan mejor su cuerpo, pierdan miedos injustificados, se sientan capaces de gestar, parir y lactar y sepan que son las protagonistas y dueñas indiscutibles de todos estos procesos. En el parto, tenemos que respetar la fisiología, el protagonismo, la autonomía y las necesidades básicas de las mujeres y reservar las intervenciones médicas para los casos que se separan de la evolución normal. Y en la lactancia, tenemos que saber ayudar a las madres que desean amamantar y se encuentran con dificultades, así como saber asesorar a las madres que eligen la lactancia artificial para que den el biberón siempre en brazos y mantengan un estrecho contacto físico con sus bebés.

- La ciencia dice que el recién nacido quiere estar con su madre. ¿Es utópica para la madre la conciliación laboral y familiar?

-A menos que la madre pueda permitirse una excedencia por cuidado de su hijo o hija, hoy en nuestro país una mujer trabajadora tiene que separarse de su bebé a las pocas semanas del nacimiento. Sin embargo, la pretensión de ampliar el permiso maternal no es una utopía, puesto que en algunos países es una realidad y existen sólidos estudios que abogan por esta prolongación.

- ¿Pediría apoyos institucionales para cambiar algo en la sanidad con respecto al embarazo y a la maternidad?

-Sí. Pediría formación biopsicosocial con perspectiva de género para los profesionales. Pediría formación para saber cómo acompañar y atender un parto fisiológico. Pediría formación para saber diagnosticar y resolver los problemas de la lactancia. Pediría recursos para disponer de salas de dilatación-recuperación-parto adecuadas, de quirófanos y unidades de despertar donde las madres no sean separadas de sus bebés nacidos por cesáreas, de habitaciones de maternidad que permitan la privacidad necesaria para amamantar, de unidades neonatales abiertas las 24 horas para padres y madres, donde se practique el método canguro y los cuidados centrados en el desarrollo y la familia. Pediría que los hospitales y centros de salud alcanzaran la acreditación IHAN y dispusieran de bancos de leche materna.

- ¿Qué es exactamente crianza con apego?

-Yo diría que se denomina crianza con apego a un estilo de crianza que es muy respetuoso con las necesidades físicas y emocionales de los recién nacidos y bebés: atención inmediata a sus necesidades, a su llanto, contacto físico estrecho, lactancia materna siempre que sea posible, compartir habitación mientras el bebé lo necesite y compartir la cama si así se prefiere respetando las normas del colecho seguro.

- Si un bebé o niño llora, siempre hay que atenderle. ¿La cultura del desapego está creando adultos con problemas?

-Posiblemente. Lo que sí es seguro es que no atender a un bebé o a un niño cuando llora le hace sentirse solo, infeliz y angustiado.

- ¿Qué cree que es necesario potenciar con respecto al cuidado del bebé?

-Es necesario desterrar la idea de que atender a un bebé, no dejarle llorar, tenerle en brazos, ayudarle a dormir o dormir con él es malcriarlo. Todo lo contrario.

- ¿Qué práctica cree que se debería rechazar?

-Dejar a un bebé llorar sin prestarle atención, mantener a los recién nacidos y bebés pequeños solos en habitaciones sin la compañía de su madre o persona cuidadora, dar el biberón sin tenerle en brazos, dejarles en la cuna llorando para que aprendan a dormirse?

- ¿Echa de menos un pacto de los profesionales para apoyar la crianza con apego?

-Creo que los profesionales tendríamos que cuestionar el modelo biomédico en el que hemos sido formados e incorporar los nuevos conocimientos que cambian el paradigma de la atención al parto, que incorporan nuevos conocimientos acerca de la lactancia materna y un nuevo enfoque de cómo necesitan nuestros hijos e hijas ser cuidados para alcanzar el mayor bienestar posible y construirse como seres humanos seguros, autónomos y equilibrados

- ¿Qué le diría a la mujer embarazada?

-Que sea la dueña de su embarazo, de su parto y de su crianza. Y para ello que se forme el mejor criterio posible con lecturas, conversaciones con profesionales y personas con experiencia, a través de grupos de apoyo, amigas, su pareja, etc.

- ¿Y a los profesionales?

-Que respeten el protagonismo, las preferencias y las necesidades de las mujeres y de los bebés.

- ¿Y a las familias?

-Que le ayuden con todo el respeto a decidir el tipo de parto que desea, la forma de alimentar a la criatura que cree conveniente, el estilo de crianza que prefiere. Y que apoyen sus decisiones y le den ayuda práctica: limpiar la casa, preparar comida, cuidar a otros hijos, escuchar sin juzgar?

- ¿Hacia dónde avanza el servicio a la mujer? ¿Será posible dar a luz en casa con todas las garantías en una década?

-En algunos países las mujeres sanas con embarazos sanos pueden dar a luz en sus domicilios si se encuentran cerca de un hospital y son atendidas por profesionales con experiencia. En España, hace años muchas mujeres daban a luz en sus domicilios. Hoy, con mejores cuidados prenatales, con más conocimientos obstétricos, con mejores comunicaciones y con profesionales entrenados sería posible. Como también lo sería la creación de Casas de Partos en los propios hospitales, atendidos por matronas para aquellas gestantes sanas que quieran partos fisiológicos y la seguridad de disponer de atención en caso de complicación.

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