El anuncio de la llegada del mal tiempo nunca había sido tan bien recibido como lo es este año, cuando todo el país está viéndose afectado, en mayor o menor medida, por una larga sequía. Asturias está en alerta amarilla por previsión de nevadas hasta mañana y, precisamente, grandes mantos blancos a lo largo de todo el invierno es lo que piden los pueblos del Suroccidente que sufren la escasez de agua en sus domicilios desde el pasado mes de agosto. Los ayuntamientos han tenido que movilizarse para garantizar el suministro de agua a varias localidades y hasta el día de hoy hay muchos lugares que tienen que seguir llenando sus depósitos con agua cargada en cubas, puesto que de sus manantiales no sale ni una gota.
"Como no nieve estamos perdidos, llevamos desde agosto sin agua y corremos el riesgo de que estos manantiales que se secaron lleguen a desaparecer", lamentaba ayer Manuel Iglesias, vecino de Llamas del Mouro, en Cangas del Narcea, mientras rellenaba su depósito de agua con una cuba. Un gesto que debe hacer varias veces a la semana para él y para sus vecinos que se encuentran en la misma situación. "Con lo que llueva ya no sirve, tiene que nevar dos tres veces y caer una buena capa, mientras nieve en invierno los manantiales se mantienen sin problema, el pasado apenas nevó y así estamos", insistía Iglesias que echaba la vista atrás para asegurar que en sus 66 años de vida no recuerda haber visto una sequía que les afectara durante tantos meses y que incluso acabase con el agua de las dos fuentes del pueblo, la de Fontarmada y la de Llamas.
Precisamente, la fuente de Llamas recuperó un pequeño chorro en uno de sus tres caños el domingo, después de estar desde el verano sin tener ni una gota. Algo insólito para sus vecinos. Lo asegura María Luisa González que, a sus 88 años, no recuerda que haya faltado agua en la fuente como en este año.
"Otros años teníamos dificultad de abastecimiento en el mes de septiembre, justo al final del verano, pero nunca nos pasó que la traída nos diera problemas durante todo el año y que nos quedáramos sin agua, pero como no nevó en todo el invierno?", explicó Ana Arias, otra afectada del pueblo cangués. Para poder apañarse llevan meses gastando el agua imprescindible, para el baño y la lavadora. En su caso, para el consumo personal utilizan agua embotellada comprada y para el ganado van a buscarla a pozos alejados del pueblo.
En la familia de Nieves Álvarez el agua para el consumo y cocinar se la trae una vecina de otro pueblo, mientras que con la que le van rellenando el depósito la utiliza para el gasto diario de la casa. "Tengo una persona enferma en casa y se necesita gastar agua y así es una penitencia", comenta Álvarez.
Llamas del Mouro fue uno de los lugares afectados por la oleada de incendios del pasado mes de octubre y los vecinos que se enfrentaron durante horas solos al fuego se encontraron prácticamente con las manos atadas a causa de la escasez de agua en el pueblo. Ahora los más afectados han solicitado al Ayuntamiento poder realizar una traída nueva para intentar evitar el problema en un futuro.
Mientras tanto el Consistorio intenta abastecer una vez a la semana a la localidad, también a Agüera de Castañedo y a Lorante, que en su caso suma a la sequía un problema en la traída del agua.
En Allande, el Ayuntamiento también sigue llevando agua a alguno de sus pueblos. Son Celón, Valbona y La Figuerina, que tienen abastecimiento municipal. No obstante, este año el Ayuntamiento también ha tenido que llevar agua a otros pueblos con traídas privadas como Iboyo. "Normalmente es del 15 de agosto al 15 de septiembre cuando suele haber más problemas, hay escasez de agua y a los pueblos llega más gente", explica el alcalde José Antonio Mesa que señala que en la villa no ha habido problemas de suministro.
En Tineo, en los últimos meses también se reforzó la traída de algunos pueblos.
