Como para la práctica totalidad de las enfermedades humanas, llevar una dieta sana y equilibrada es clave para mantener a raya a la esclerosis múltiple. "No existe, como tal, una relación directa entre enfermedad y alimentación, pero sí que tenemos factores que pueden modular sus efectos y favorecer el control y el desarrollo del proceso", explica María Jesús Díaz, del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital de Cabueñes.

"Una alimentación completa y equilibrada va a favorecer, sin duda, el bienestar", señala esta sanitaria, que apunta que existen dos aspectos a tener en cuenta: "Es importante controlar la ingesta de grasas saturadas, ya que tienen un efecto inflamatorio que es perjudicial, y se debe mantener en su punto el nivel de vitamina D", subraya.

Por otro lado, la nutricionista también alerta de que "no existen alimentos milagrosos" que puedan aliviar por sí mismos la patología, y pide "frenar los mitos y la información no real".