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"Los bomberos poco pudieron hacer", dice el herrero cangués cuya fragua se quemó

Antonino García, ya jubilado, mantenía por ocio su oficio en la nave de Obanca incendiada

Antonino García Valdés, ayer, en su almacén. D. Á.

Una estufa que se quedó encendida durante la noche del miércoles al jueves fue la causante de un incendio que calcinó un almacén de aperos de labranza, en el que también hay una fragua, situado en Obanca, cerca de Cangas del Narcea.

Sobre las dos de la mañana de ayer, recibió la llamada de aviso de la Guardia Civil el dueño de la caseta, Antonino García Valdés, que al asomarse por la ventana de su casa pudo ver enfrente como las llamas devoraban el lugar donde pasa los días entretenido trabajando en su pequeño taller y fragua.

"Cuando llegué ya estaban trabajando los bomberos, pero poco pudieron hacer, el techo quemó entero y los cristales reventaron todos", explica. Por suerte, los animales que tiene en la construcción contigua, ovejas y cabras, no sufrieron ningún daño.

Antonino García ya está retirado, fue herrero y le gusta mantener su oficio vivo. Por ello, pasa buena parte de sus jornadas en la caseta, ahora calcinada, arreglando y creando nuevos utensilios. Precisamente, el miércoles había estado hasta las seis y media de la tarde allí y recuerda que la estufa no quedaba del todo apagada a la hora de marcharse. Ayer durante la mañana ya estuvo trabajando en su almacén para recuperar la normalidad. Sacando el escombro y cubriendo el techo para evitar que con la lluvia de estos días se le encharcase todo.

"Lo primero es cubrirlo para intentar recuperar la actividad poco a poco, luego le iré poniendo otra vez los cristales", señalaba.

En el lugar estuvieron trabajando bomberos de los parques de Cangas del Narcea y Tineo hasta las seis de la mañana aunque el incendio se dio por controlado a las tres y media de la madruga de ayer.

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