Juan Daniel Rico Castillo tiene 96 años, es de Prámaro (Cudillero) y acaba de recibir por segunda vez un reconocimiento del concejo donde reside. La concejala de Servicios Sociales, Mariví Álvarez, se acercó a su residencia para entregarle una placa de recuerdo por ser una de las personas de más longevas del concejo.
Rico nació en Buenos Aires (Argentina), con un año se quedó sin madre y con seis hizo el viaje de vuelta a Asturias con su padre y una hermana. Se asentó en Prámaro para siempre. Se casó, tuvo seis hijos y vivió toda la vida del campo. Hace tiempo que oye mal, pero ello no le impide estar "al pie del cañón", ofrecer sonrisas y recordar una "vida dura" que dio para muchas sonrisas y momentos felices. Su familia cree que el secreto de Juan Daniel para tener una larga vida es comer bien "y no tener vicios". "Nunca fumó", dice una de sus cinco hijas, Pilar Rico.
Antes era habitual ver a padre e hija en el bazar de Soto de Luiña que regentaba Pilar. Pero el paso del tiempo también hizo mella en la salud de Juan Daniel Rico, así que su hija decidió cerrar el negocio para dedicarse al cuidado a su padre.
"No tiene mucha movilidad y pensé que era ya el momento de hacer otras cosas", añade. Su padre es muy conocido en el concejo y recibió antes otro homenaje. El pueblo de Soto de Luiña le premió por su "siempre entusiasta" colaboración con la programación de actividades. "Entonces lloró mucho", recuerda su hija.
El Ayuntamiento de Cudillero se dedica cada año a reconocer a los vecinos más longevos del concejo. Este 2017 también ha sido distinguida la vecina de Santa Marina Dolores Hernández Valencia, quien el próximo 16 de diciembre cumplirá ni más ni menos que 103 años. En su caso, prefiere mantener su vida personal en el anonimato. Recogió el premio con una gran sonrisa y dio gracias a los promotores.
