La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Tebongo tiene el mejor vino casero

"Se necesita más uva para que las bodegas de la denominación de origen puedan crecer", señala el ganador de la cata popular de Santiso

José Vidal, con una copa de su vino, en su bodega de Villar de Tebongo. D. Á.

El vino del cangués José Vidal, elaborado en su bodega de Villar de Tebongo, ha sido el mejor valorado en el II Concurso de vinos tradicionales de Cangas, celebrado con motivo de la festividad de Santiso en el barrio bodeguero de Cangas del Narcea, el domingo pasado. Aunque el productor no se presentaba con la intención de ganar la cata, sí que asegura que su vino de este año apuntaba maneras para ser considerado "excelente".

"Huele muy bien, tiene muy buen color y, por supuesto, muy buen sabor", explica el ganador, que se llevó 475 puntos en la cata popular celebrada durante la fiesta de Santiso en el Museo del Vino, 14 puntos más que el segundo clasificado. La cata final, a la que llegaron cuatro caldos caseros de los 19 presentados al concurso, fue abierta a la participación de los asistentes a los festejos del barrio. En total, fueron 70 personas los que se animaron a juzgar los caldos y dar el reconocimiento a la elaboración de José Vidal. Un resultado que no sorprendió al comité de cata, que en días previos se encargó de puntuar a los vinos para elegir tan solo cuatro finalistas, y cuya clasificación coincidió con la elaborada por los catadores anónimos. "El orden de los premiados que salió de la cata popular es exactamente el mismo que el que puntuó el comité de cata, por lo que podemos concluir que todos sabemos lo que nos gusta y lo que no", apunta Joaquín Fernández, presidente de la asociación cultural "Santiso y Llamas", organizadores del evento. Además, Fernández subraya que para la organización "es una satisfacción ver el éxito que ha tenido esta segunda cata popular".

Para Vidal la existencia de este concurso, más allá de que se premien unos vinos, significa "un estímulo para los elaboradores caseros y un incentivo para mantener la tradición, además de para trabajar por conseguir hacer un buen vino año a año". Tampoco niega que es muy gratificante saber que "un vino que se comparte tan solo con familia, amigos y conocidos gusta a más gente".

Por ello anima a que los productores tradicionales colaboren con la iniciativa. "Es interesante que todo el mundo aporte sus caldos y los comparemos para intentar mejorarlo de cara al año siguiente, aunque es complicado porque depende de cómo venga la uva", enfatiza.

De hecho, recuerda que el año pasado fue muy complicado para el viñedo a causa de las heladas y granizadas. En su caso reconoce haber tenido suerte al poder recoger la cosecha en buen estado. En la actualidad, tan solo tiene 240 cepas, de las que extrae unos 200 litros de vino de las variedades de uva mencía, albarín tinto y carrasquín. Además, en esta cosecha, José Vidal se animó a producir por primera vez vino blanco y tras ver el éxito que ha tenido entre sus allegados vaticina que no será el último.

Aunque es constructor de profesión, la viña siempre formó parte de la vida de José Vidal y ahora está ampliando su plantación con unas 3.000 cepas más que empezarán a producir en tres años. La idea es vender su uva a las bodegas de la Denominación de Origen Protegida (DOP). "Se necesita más uva para que las bodegas de la DOP puedan crecer, cuando se trabajaban los viñedos en Cangas, aquí en Tebongo había una bodega que cosechaba 150.000 litros de vino, pero su producción llegó a no ser rentable y se fue dejando", rememora.

Su padre, Benigno Vidal, fue de los pocos que, a pesar de ver que a su alrededor todo el mundo dejaba de trabajar el viñedo y de hacer vino, mantuvo la tradición que ahora continúa José Vidal en forma de afición. En su pueblo no es el único, varias bodegas antiguas se mantienen activas.

Compartir el artículo

stats